UNO
Había una vez un gusano que se había enamorado de una flor.Era por supuesto, un amor imposible, pero el animalito no quería seducirla ni hacerla su pareja. Ni siquiera quería hablarle de amor. Él solamente soñaba con llegar hasta ella, y darle un beso. Un solo beso.Cada día, y cada tarde, el gusano miraba a su amada, cada vez más alta, cada vez más lejos. Cada noche soñaba que, finalmente, llegaba a ella y la besaba.Un día, el animalito decidió que no podía seguir soñando cada noche con la flor y no hacer nada para cumplir su sueño. Así que, valientemente, avisó a sus amigos, los escarabajos, las hormigas y las lombrices, que treparía por el tallo para besar a la flor.Todos coincidieron en que estaba loco, y la mayoría intentó disuadirlo, pero no hizo caso. El gusano llegó arrastrándose hasta la base del tallo y comenzó la escalada.Trepó toda la mañana y toda la tarde, pero cuando el sol se ocultó, sus músculos estaban exhaustos.- "Pasaré la noche agarrado del tallo, y mañana seguiré subiendo. Estoy más cerca que ayer", pensó, aunque sólo había avanzado diez centímetros y la flor estaba a más de un metro y medio de altura.Sin embargo, lo peor fue que, mientras el gusano dormía, su cuerpo viscoso y húmedo resbaló por el tallo, y por la mañana el gusano amaneció donde había comenzado un día antes.Miró hacia arriba y pensó que debía redoblar los esfuerzos durante el día y aferrarse mejor durante la noche. De nada sirvieron las buenas intenciones. Cada día, el gusano trepaba, y cada noche, resbalaba otra vez hasta el piso. Sin embargo, cada noche, mientras descendía sin saberlo, seguía soñando con un beso deseado.Sus amigos le pidieron que renunciara a su sueño, o que soñara otra cosa, pero el gusano sostuvo, con razón, que no podía cambiar lo que soñaba cuando dormía, y que si renunciaba a sus sueños, dejaría de ser quien era.Todo siguió igual durante días, hasta que una noche que el gusano soñó tan intensamente con su flor, que sus sueños se transformaron en alas... y a la mañana el gusano despertó mariposa, desplegó las alas, voló a la flor... y la besó.
DOS
Un maestro quería enseñarles una lección especial a sus alumnos, y para ello les dio la oportunidad de escoger entre tres exámenes: uno de cincuenta preguntas, uno de cuarenta y uno de treinta.A los que escogieron el de treinta les puso una “C”, sin importar que hubieran contestado correctamente todas las preguntas. A los que escogieron el de cuarenta les puso una “B”, aun cuando más de la mitad de las respuestas estuviera mal. Y a los que escogieron el de cincuenta les puso una “A”, aunque se hubieran equivocado en casi todas.Como los estudiantes no entendían nada, el maestro les explicó:- “Queridos alumnos: permítanme decirles que yo no estaba examinando sus conocimientos, sino su voluntad de apuntar a lo alto”.
Un nuevo estudiante se aproximó al maestro Zen y le preguntó cómo podía prepararse para su aprendizaje.- "Piensa que soy una campana", explicó el maestro.- "Dame un golpe suave y tendrás un pequeño sonido. Golpéame duro y recibirás un repique fuerte y resonante"
TRES
Érase una vez un hombre que buscaba la verdad.Un buen día llegó a un lugar en donde ardía una innumerable cantidad de velas de aceite.Éstas se encontraban cuidadas por un anciano que, ante la curiosidad de este individuo, respondió que ese era el lugar de la verdad absoluta.Aquél le preguntó qué significaban sus palabras, a lo cual respondió que cada vela reflejaba la vida de cada individuo sobre la tierra: a medida que se consume el aceite, menos tiempo de vida le queda.El hombre le preguntó si le podía indicar cuál era la de él.Al descubrir que la llama estaba flaqueando, a punto de extinguirse, aprovechó un instante de distracción del anciano y tomó la vela de al lado para verter un poco de aceite de ésta en la suya.Cuando estuvo a punto de alzar la vela, su mano fue detenida por la del anciano diciendo:- “Creí que buscabas la verdad”
CUATRO
Un maestro quería enseñarles una lección especial a sus alumnos, y para ello les dio la oportunidad de escoger entre tres exámenes: uno de cincuenta preguntas, uno de cuarenta y uno de treinta.A los que escogieron el de treinta les puso una “C”, sin importar que hubieran contestado correctamente todas las preguntas. A los que escogieron el de cuarenta les puso una “B”, aun cuando más de la mitad de las respuestas estuviera mal. Y a los que escogieron el de cincuenta les puso una “A”, aunque se hubieran equivocado en casi todas.Como los estudiantes no entendían nada, el maestro les explicó:- “Queridos alumnos: permítanme decirles que yo no estaba examinando sus conocimientos, sino su voluntad de apuntar a lo alto”.
CINCO
"Papi... papi... estuve con Huguito, que viene de pelearse con su papá"— "¿Y por qué se peleó con su papá?"— "Porque el papá de Huguito dice que él sabe más que Huguito."— "Sí, hijo. El papá de Huguito sabe más que Huguito."— "¿Y cómo lo sabes tú, si tú no conoces al papá de Huguito?"— "Bueno, porque es el padre, hijo, y el padre sabe más que el hijo."— "¿Y por qué sabe más que el hijo?"— "Y... ¡porque es el papá!"— "¿Qué tiene que ver?"— "Bueno, hijo, el papá ha vivido más años... ha leído más... ha estudiado más... entonces sabe más que el hijo."— "Ah... ¿y tú sabes más que yo?"— "Sí."— "¿Y todos los padres saben más que los hijos?"— "Sí."— "¿Y siempre es así?"— "Sí."— "¿Y siempre va a ser así?"— "Sí, hijo, ¡siempre va a ser así!"— "¿Y la mamá de Martita sabe más que Martita?"— "Sí, hijo... la mamá de Martita sabe más que Martita..."— "Dime, papá, ¿quién inventó el teléfono?"El padre lo mira con suficiencia y le dice:- "El teléfono, hijo, lo inventó Alexander Graham Bell."— "¿Y por qué no lo inventó el padre de él, que sabía más?"Osho
domingo, 31 de agosto de 2008
TALLER
LEYENDO
“TALLER DE LECTURA PARA DESAPRENDER LO APRENDIDO
TESIS
Es la idea o proposición central de un escrito. Es la opinión o el punto de vista que defiende el autor. Son opiniones subjetivas con las que expresamos la interpretación de un hecho, por eso hay que argumentarlas.
Ø La tesis de una argumentación resulta más interesante a medida que suscite otra que se le oponga razonablemente.
Ø No puede aparecer en forma interrogativa, pues en este tipo de oraciones no se afirma ni se niega nada.
Ø La tesis está siempre como punto de referencia.
Ø Sugiere actitud o tono con el que el autor va a abordar el tópico: humorístico, irónico, emotivo, pesimista.
Ø Por eso aparecen adjetivos claros que reflejan y enfatizan la actitud de quien va a argumentar.
Ø Si es amplia, más fácil de refutar.
ESCRIBIENDO
“TALLER DE ESCRITURA PARA ESCRIBIR SINTIENDO”
Ø Elabore un MENTEFACTO de este texto.
Ø Realice un comentario
ESCRIBIENDO
“TALLER DE ESCRITURA PARA ESCRIBIR SINTIENDO”
Realice en el foro lo siguiente.
PLANEACIÓN DE UN ESCRITO: -elija el tema a su gusto-
1. TEMA
2. DESTINATARIO
3. FINALIDAD DEL ESCRITO
4. GÉNERO TEXTUAL
5. TIPO DE ESCRITO
6. EXTENSIÓN DEL ESCRITO
GENERACIÓN DE IDEAS: LLUVIA DE IDEAS
Escriba una serie de ideas acerca del tema que desee. Anótelas claramente y enumérelas.
ORGANIZACIÓN DE UN MENTEFACTO:
Realice un mentefacto sobre el tema elegido.
CONSTRUYA EL TEXTO EN PROSA.
LEYENDO
“TALLER DE LECTURA PARA DESAPRENDER LO APRENDIDO
MOEDLO DE PÁRRAFO
Los párrafos constituyen la estructura del texto. Presentan una unidad de información completa. Se clasifican dada su función estructural y su función temática.
DE INTRODUCCIÓN: indican el problema, plantean la tesis defendida por quien escribe. El inicio de un testo debe ser atractivo y eficaz para cautivar al lector.
DE TRANSICIÓN: párrafos sin idea principal. Sirven de puente entre párrafos con ideas más bien dispares y para guiar al lector hacia un cambio de pensamiento.
DE CONCLUSIÓN: dan el último mensaje significativo, resume el texto y tiene como función otorgar a la lectura un sentido de totalidad.
DE ENUMERACIÓN: presentan un listado de informaciones entre sí.
DE CAUSA-EFECTO: presentan un acontecimiento o una situación seguidos por las razones que los han causado. La descripción de la causa puede preceder o seguir a la del efecto. ( frecuente en textos argumentativos).
DE COMPARACIÓN O CONTRASTE: indican las semejanzas y diferencias entre dos o más objetos, situaciones, ideas o personas, comparándolas según cierto número de categorías. Puede realizarse de manera contrapuesta o mediante descripciones separadas.
DE DESARROLLO DE UN CONCEPTO: se enuncia una idea principal o una proposición central, de forma explícita y ésta se reafirma por medio de ejemplos o argumentaciones. Las informaciones de apoyo aclaran, dan detalles o ilustran la afirmación principal. La idea principal por lo general aparece al principio o al final del párrafo.
TIPOS DE PÁRRAFOS
Por su función estructurante (organización del texto).
Ø Introducción
Ø Desarrollo.
Ø Transición.
Ø Conclusión.
Por su función temática (desarrollan el tema)
Ø Enumeración
Ø Cauda-efecto
Ø Comparación
Ø Desarrollo de un concepto.
ESCRIBIENDO
“TALLER DE ESCRITURA PARA ESCRIBIR SINTIENDO”
Ø Elabore un MENTEFACTO de este texto.
Ø Realice un comentario.
Ø A continuación encontrará los diferentes elementos constitutivos de los distintos tipos de párrafos. Redacte un ejemplo de cada uno de ellos.
1. Introducción
2. Transición
3. De conclusión
4. De enumeración
DE ENUMERACIÓN
Frase organizadora. En el CECAS existe diversidad de estudiantes, quienes pueden ser clasificados de acuerdo con los siguientes criterios:
Lista de propiedades:
1.
2.
3.
Párrafo
Frase organizadora.
Lista de propiedades:
1. En la casa
2. En el colegio
3. En la calle
Párrafo
DE CAUSA-EFECTO
Efecto: bajón académico
Causas: 1.
2.
3.
Párrafo
Efecto:
Causas: 1. Falta de seguimiento de padres y colegio
2 .Rumba (alcohol y droga)
3. Falta de hábitos y rutinas
Párrafo
DE COMPARACIÓN O CONTRASTE
Categoría: objeto A objeto B
Párrafo
DE DESARROLLO DE UN CONCEPTO
Idea central: actualmente el alcohol, la droga y la rumba son los enemigos irreconciliables de los hábitos y las rutinas académicas, sociales y familiares.
Argumentos: 1.
o 2.
Ejemplos 3.
Párrafo
Argumentos: 1.
o 2.
Ejemplos 3.
Idea central: la lectura no es simplemente un ejercicio físico, es un trabajo físico e intelectual.
Párrafo
LEYENDO
“TALLER DE LECTURA PARA DESAPRENDER LO APRENDIDO”
FUNCIÓN DE LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN
Signo de abreviatura
SEGUIDO
Al final del enunciado
En cantidades numéricas
APARTE
Al final del período
Punto
Enumeración constituida por enunciados
Entre miembros de una enumeración con comas
En enunciados largos
Enunciados
Pero, más, aunque, con todo, sin embargo
Entre enunciados no enlazados íntimamente
En las oraciones extensas si van seguidos y tienen sujeto.
PUNTO Y COMA
“TALLER DE LECTURA PARA DESAPRENDER LO APRENDIDO
TESIS
Es la idea o proposición central de un escrito. Es la opinión o el punto de vista que defiende el autor. Son opiniones subjetivas con las que expresamos la interpretación de un hecho, por eso hay que argumentarlas.
Ø La tesis de una argumentación resulta más interesante a medida que suscite otra que se le oponga razonablemente.
Ø No puede aparecer en forma interrogativa, pues en este tipo de oraciones no se afirma ni se niega nada.
Ø La tesis está siempre como punto de referencia.
Ø Sugiere actitud o tono con el que el autor va a abordar el tópico: humorístico, irónico, emotivo, pesimista.
Ø Por eso aparecen adjetivos claros que reflejan y enfatizan la actitud de quien va a argumentar.
Ø Si es amplia, más fácil de refutar.
ESCRIBIENDO
“TALLER DE ESCRITURA PARA ESCRIBIR SINTIENDO”
Ø Elabore un MENTEFACTO de este texto.
Ø Realice un comentario
ESCRIBIENDO
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Realice en el foro lo siguiente.
PLANEACIÓN DE UN ESCRITO: -elija el tema a su gusto-
1. TEMA
2. DESTINATARIO
3. FINALIDAD DEL ESCRITO
4. GÉNERO TEXTUAL
5. TIPO DE ESCRITO
6. EXTENSIÓN DEL ESCRITO
GENERACIÓN DE IDEAS: LLUVIA DE IDEAS
Escriba una serie de ideas acerca del tema que desee. Anótelas claramente y enumérelas.
ORGANIZACIÓN DE UN MENTEFACTO:
Realice un mentefacto sobre el tema elegido.
CONSTRUYA EL TEXTO EN PROSA.
LEYENDO
“TALLER DE LECTURA PARA DESAPRENDER LO APRENDIDO
MOEDLO DE PÁRRAFO
Los párrafos constituyen la estructura del texto. Presentan una unidad de información completa. Se clasifican dada su función estructural y su función temática.
DE INTRODUCCIÓN: indican el problema, plantean la tesis defendida por quien escribe. El inicio de un testo debe ser atractivo y eficaz para cautivar al lector.
DE TRANSICIÓN: párrafos sin idea principal. Sirven de puente entre párrafos con ideas más bien dispares y para guiar al lector hacia un cambio de pensamiento.
DE CONCLUSIÓN: dan el último mensaje significativo, resume el texto y tiene como función otorgar a la lectura un sentido de totalidad.
DE ENUMERACIÓN: presentan un listado de informaciones entre sí.
DE CAUSA-EFECTO: presentan un acontecimiento o una situación seguidos por las razones que los han causado. La descripción de la causa puede preceder o seguir a la del efecto. ( frecuente en textos argumentativos).
DE COMPARACIÓN O CONTRASTE: indican las semejanzas y diferencias entre dos o más objetos, situaciones, ideas o personas, comparándolas según cierto número de categorías. Puede realizarse de manera contrapuesta o mediante descripciones separadas.
DE DESARROLLO DE UN CONCEPTO: se enuncia una idea principal o una proposición central, de forma explícita y ésta se reafirma por medio de ejemplos o argumentaciones. Las informaciones de apoyo aclaran, dan detalles o ilustran la afirmación principal. La idea principal por lo general aparece al principio o al final del párrafo.
TIPOS DE PÁRRAFOS
Por su función estructurante (organización del texto).
Ø Introducción
Ø Desarrollo.
Ø Transición.
Ø Conclusión.
Por su función temática (desarrollan el tema)
Ø Enumeración
Ø Cauda-efecto
Ø Comparación
Ø Desarrollo de un concepto.
ESCRIBIENDO
“TALLER DE ESCRITURA PARA ESCRIBIR SINTIENDO”
Ø Elabore un MENTEFACTO de este texto.
Ø Realice un comentario.
Ø A continuación encontrará los diferentes elementos constitutivos de los distintos tipos de párrafos. Redacte un ejemplo de cada uno de ellos.
1. Introducción
2. Transición
3. De conclusión
4. De enumeración
DE ENUMERACIÓN
Frase organizadora. En el CECAS existe diversidad de estudiantes, quienes pueden ser clasificados de acuerdo con los siguientes criterios:
Lista de propiedades:
1.
2.
3.
Párrafo
Frase organizadora.
Lista de propiedades:
1. En la casa
2. En el colegio
3. En la calle
Párrafo
DE CAUSA-EFECTO
Efecto: bajón académico
Causas: 1.
2.
3.
Párrafo
Efecto:
Causas: 1. Falta de seguimiento de padres y colegio
2 .Rumba (alcohol y droga)
3. Falta de hábitos y rutinas
Párrafo
DE COMPARACIÓN O CONTRASTE
Categoría: objeto A objeto B
Párrafo
DE DESARROLLO DE UN CONCEPTO
Idea central: actualmente el alcohol, la droga y la rumba son los enemigos irreconciliables de los hábitos y las rutinas académicas, sociales y familiares.
Argumentos: 1.
o 2.
Ejemplos 3.
Párrafo
Argumentos: 1.
o 2.
Ejemplos 3.
Idea central: la lectura no es simplemente un ejercicio físico, es un trabajo físico e intelectual.
Párrafo
LEYENDO
“TALLER DE LECTURA PARA DESAPRENDER LO APRENDIDO”
FUNCIÓN DE LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN
Signo de abreviatura
SEGUIDO
Al final del enunciado
En cantidades numéricas
APARTE
Al final del período
Punto
Enumeración constituida por enunciados
Entre miembros de una enumeración con comas
En enunciados largos
Enunciados
Pero, más, aunque, con todo, sin embargo
Entre enunciados no enlazados íntimamente
En las oraciones extensas si van seguidos y tienen sujeto.
PUNTO Y COMA
sábado, 23 de agosto de 2008
LECTURA OCHO
CARTA VIRTUAL
Concienciar, es lo esencial.
VICTOR HUGO GIRON MUÑOZ. Docente de Educación Física del colegio Carlos Castro Saavedra. Director técnico de la selección Antioquia.
Concienciar, es lo esencial.
VICTOR HUGO GIRON MUÑOZ. Docente de Educación Física del colegio Carlos Castro Saavedra. Director técnico de la selección Antioquia.
Se dice, con razón, de los adolescentes y jóvenes de nuestro tiempo que disfrutan de unos niveles de bienestar y de oportunidad que nunca tuvieron generaciones precedentes. Disponen progresivamente de más posibilidades de elegir y, con ello, de afirmar su autonomía y mejorar sus trayectorias vitales. Ahora bien, vivir en un mundo que anima a diseñar la propia vida entraña dificultades y riesgos. Para reducirlos proliferan las acciones y campañas de prevención de índole diversa, pero con éxito limitado a tenor de la tozuda y fría realidad de las cifras. ¿Por qué las campañas no son tan eficientes como desearíamos? ¿Cómo es que toda esta descarga de mensajes preventivos no logra mayor eco en su comportamiento?Las claves para comprender por qué resulta más fácil y eficaz convencer a un joven para consumir un producto de moda que para reducir o eliminar las consecuencias negativas de una determinada acción -por ejemplo, no usar preservativo en las relaciones sexuales-, no se hallan tanto en el ámbito de la comunicación como en el modelo de sociedad que sostenemos.Estamos inmersos en una dinámica de bombardeo constante de mensajes que impelen a ser jóvenes, guapos, delgados, triunfadores, agresivos y valientes, capaces de superar cualquier obstáculo y amantes del riesgo y de la aventura. Incluso no serlo tiene también su remedio: los medios de comunicación nos informarán de forma machacona a qué cirujano plástico acudir, qué sustancia tomar. Las contradicciones que conlleva esta sociedad adictiva hacen que la labor preventiva de las campañas tenga como obstáculo lo que la propia sociedad nos propone como deseable. Campañas contra las drogas, el sida u otras enfermedades de transmisión sexual, la conducción temeraria, la violencia de género, el bullying y otras, se producen en paralelo al fomento de modelos de ocio y consumo que propugnan lo contrario.En este escenario, los adultos esperan que los jóvenes adquieran la capacidad de administrar su capacidad de elegir, es decir, que sepan elegir, qué elegir y con qué consecuencias. Y ello comporta el desarrollo de una adecuada percepción del riesgo. Ahora bien, ésta es una labor difícil en el contexto de esta sociedad tremendamente adictiva, en la que, como apunta Nestor Aguirre, psicólogo del colegio incluso el deseo -que para cultivarse necesita de cierto grado de dilatación de la satisfacción inmediata- ha sido sustituido por las ganas, sinónimo de satisfacción instantánea. No sucumbir a ella supone un esfuerzo que en el territorio juvenil no sólo conlleva reducir el placer inmediato, sino también remar en contra de los ritos, hábitos y rutinas de la sociedad, en un momento de la vida en que se está en plena construcción de la identidad. Estar informado ayuda a tomar decisiones, pero si por las circunstancias del momento no se percibe el riesgo, no podemos esperar que se desarrolle un comportamiento preventivo. Las campañas informan, pero no forman. Esa es una labor que requiere un contexto relacional en el que los jóvenes tengan oportunidad de reflexionar e interiorizar críticamente los mensajes, de discutir las imágenes asociadas al hecho de adoptar o no comportamientos de riesgo, de cuestionar sus prejuicios y estereotipos, y de elaborar principios que afiancen su autoestima, autonomía y responsabilidad.Pero esto también tiene su escollo en una sociedad de individuos cada vez más dados a delegar responsabilidades y compromisos y tremendamente debilitada en sus instancias socializadoras. La mirada a territorios formativos como la familia y la escuela revela desconcierto, desencuentro y división educativa. Esta falta de sintonía deja un espacio abierto, indefinido y arbitrario que favorece la influencia alienante de la sociedad adictiva y que difícilmente contribuye a la construcción de sujetos críticos. Desearíamos que la conciencia colectiva transformada en altavoz mediático y representada en el Estado convenciera a jóvenes y adolescentes de lo que deben hacer, evitando así abordar la difícil tarea de poner límites, interpelar y proporcionar referentes formativos. Pero, afortunadamente, no es así. Muy al contrario, el limitado alcance de las campañas preventivas prueba la urgente necesidad de fortalecer la acción educativa vinculando instancias sociales, consensuando valores, conciliando intereses, derechos y deberes de índole privado y público, cultivando un sentido de la responsabilidad individual y social que forme y ayude a los jóvenes a adoptar conductas que aumenten sus posibilidades vitales, a ser sujetos que se definen en términos de conciencia y de proyecto.
domingo, 17 de agosto de 2008
Olimpíadas de Berlín 1936
Cuando Alemania consiguió traer los Juegos Olímpicos de 1936 para Berlín, la capital del país, Adolfo Hitler aún no estaba en el poder. Eso impidió que él usara el evento para tratar de confirmar su teoría de la raza superior. En las calles de Berlín, habían banderolas con el símbolo nazi mezclado con la bandera olímpica.
En la fiesta de apertura, la antorcha llegó al estadio cargada por un legítimo representante de la juventud nazi. De nada le sirvió a Alemania haberse comprometido en no promover ninguna especie de manifestación racial, ideológica o religiosa durante las pruebas. En la ceremonia de apertura, después del himno alemán, 100 mil personas gritaron "Heil Hitler".
Por la Villa Olímpica, estaban impartiendo afiches con mensajes como "juden unerwuenscht" (judíos indeseables). Fueron retirados los afiches, pero el ambiente de intolerancia racial se mostraba evidente. A Jesse Owens lo llamaban el "esclavo de los blancos americanos". Los alemanes victoriosos aparecían en los periódicos como "rubios vencedores". Los negros siempre eran discriminados en las Olimpíadas. Muchos no llegaban a participar del desfile en la ceremonia de apertura. Esto ocurría principalmente en la delegación de los Estados Unidos. En 1936, los negros consiguieron su espacio. En los juegos de Berlín, los negros vencieron gran parte de las competiciones. Como Jesse Owens, que conquistó 4 medallas de oro. Hitler molesto, se negó a entregar las medallas para el atleta negro. Pero sus medallas le fueron entregadas. Sin embargo el Führer saludó al principal rival de Owens en el salto.
En la fiesta de apertura, la antorcha llegó al estadio cargada por un legítimo representante de la juventud nazi. De nada le sirvió a Alemania haberse comprometido en no promover ninguna especie de manifestación racial, ideológica o religiosa durante las pruebas. En la ceremonia de apertura, después del himno alemán, 100 mil personas gritaron "Heil Hitler".
Por la Villa Olímpica, estaban impartiendo afiches con mensajes como "juden unerwuenscht" (judíos indeseables). Fueron retirados los afiches, pero el ambiente de intolerancia racial se mostraba evidente. A Jesse Owens lo llamaban el "esclavo de los blancos americanos". Los alemanes victoriosos aparecían en los periódicos como "rubios vencedores". Los negros siempre eran discriminados en las Olimpíadas. Muchos no llegaban a participar del desfile en la ceremonia de apertura. Esto ocurría principalmente en la delegación de los Estados Unidos. En 1936, los negros consiguieron su espacio. En los juegos de Berlín, los negros vencieron gran parte de las competiciones. Como Jesse Owens, que conquistó 4 medallas de oro. Hitler molesto, se negó a entregar las medallas para el atleta negro. Pero sus medallas le fueron entregadas. Sin embargo el Führer saludó al principal rival de Owens en el salto.
sábado, 16 de agosto de 2008
LECTURA TRES
Antecedentes históricos del conflicto ruso-checheno
Los prolegómenos del actual conflicto ruso-checheno habría que situarlos en el nombramiento del general A. P. Yermólov como jefe militar supremo del ejército ruso del Cáucaso y embajador en Irán por el zar Alejandro I a comienzos de mayo de 1816. Este nombramiento fue motivado porque este militar ruso no simpatizaba con la política reaccionaria de Arakchéyev, favorito del zar. La política exterior rusa en Transcaucasia, cuyo ejecutor era A. P. Yermólov, perseguía, por una parte, "la salvaguardia de la seguridad general" y, por otra, "que se mantuviese la paz con Persia y que se reafirmasen las relaciones amistosas con ella" . Pero para aplicar esta política era preciso mantener el orden zarista en una amplia región donde no se había consolidado aún la administración rusa, una Transcaucasia que, en caso de iniciarse un conflicto bélico con Irán, se convertiría inmediatamente en retaguardia de las tropas rusas.Una retaguardia sin "orden" era un escollo para que las tropas rusas pudiesen operar libremente y sentirse seguras en la zona atravesada por el llamado "camino militar georgiano". En 1817, tras haber asumido estas premisas de la política exterior rusa para Transcaucasia, A. P. Yermólov propone al Comité de Ministros de Rusia que se refuercen las guarniciones mediante el envío de nuevos contingentes de soldados. A comienzos de 1821, éstos comenzarían a llegar a la zona en número de 16.000 soldados, procedentes de los gobiernos de Chernígov y Poltava (Ucrania). Pero este envío de tropas era insuficiente para A. P. Yermólov, quien se dirigió a sus superiores subrayando la necesidad de que una nueva leva acrecentase el número de soldados y que los regimientos imperiales se ubicasen permanentemente "entre los montañeses". Sin embargo, y, a pesar de la premura de esta petición, el Comité de Ministros ruso hizo oídos sordos a ella. Posteriormente debieron reclutarse nuevos soldados, pues en octubre de 1826 las tropas del general A.P. Yermólov ascendían a alrededor de 40.000 hombres y 124 piezas de artillería. En 1820 tienen lugar los primeros altercados entre el pueblo checheno y los militares rusos. Su causa es preciso buscarla en el empecinamiento de A. P. Yermólov de trasladar la línea de guerra desde el río Terem al Censa, es decir, a las zonas más fértiles de Chechenia, ubicadas en los valles limítrofes con la cordillera caucasiana. Los ingenieros militares rusos iniciaron allí la construcción de numerosas fortificaciones. Los chechenos se opusieron a verse privados de sus mejores tierras y comenzaron a atacar reiteradamente las posiciones rusas. Los notables y mullahs chechenos pidieron ayuda a los terratenientes y dignatarios religiosos de Daguestán. Alarmado por esta coyuntura, A. P. Yermólov exigió a las autoridades chechenas que cesasen las hostilidades de inmediato, el pago de un tributo oneroso, la prestación de trabajos a las tropas rusas y que se constituyesen nuevos núcleos de población chechena allí donde pudiesen ser observados desde las fortificaciones construidas por los rusos. En otoño del mismo año, los ocupantes rusos incendiaron el aúl Guerzel, robaron el ganado, mataron a parte de los habitantes y talaron los bosques. Algunos aldeanos, horrorizados ante las tropelías de las tropas zaristas, decidieron jurar "fidelidad" al zar y se comprometieron a pagar un tributo anual en especie. Sin embargo, la mayoría del pueblo checheno no se doblegó ante el invasor. Prueba de ello fue el estallido de una revuelta antirusa en Chechenia Oriental, dirigida por el señor feudal Beybulat Taymázov y el mullah Muhammad, que se presentó como "Mahdi". Aún en 1825, los soldados rusos seguían cometiendo tropelías semejantes. Prueba de ello es que arrasaron los aúles ubicados en las inmediaciones de la fortificación Vnezápnaya. Estos desmanes del ejército ruso provocaron un aluvión de refugiados chechenos en dirección a Avaria. En 1826 era derrotada por A.P. Yermólov la caballería chechena de Beybulat Taymázov, quien se vió obligado a refugiarse en la ciudad de Anapa, bajo poder otomano, y los ocupantes rusos destruían la aldea de Chijkeri. Este mismo año comienza a observarse un aumento notable de la actividad de las táriqas de los místicos sufíes chechenos, los cuales llaman a sus hermanos de religión a continuar la hazavat contra los ocupantes rusos. Así pues, la política exterior de Rusia en Chechenia durante el período analizado se puede caracterizar como la política puramente colonial de las clases dominantes de un país que se encuentra en el período de transición del régimen de servidumbre al capitalismo primigenio . Asimismo, en estos años y en todas las capas y clases de la sociedad rusa sale a la luz el tópico estereotipo de presentar al checheno como "bandido" y "salteador", lo cual se ha estado haciendo aún hoy desde los diferentes medios de comunicación rusos y occidentales durante la última guerra ruso-chechena. Ésta ha sido siempre la actitud prejuiciosa de los colonialistas: difamar a los pueblos colonizados sin conocerlos, haciendo siempre alarde de ignorar su cultura por considerar inferiores a ambos. Es esa la actitud de quienes necesitan el modelo de bárbaro "Calibán" para mantener su ideología y política colonialistas, tanto internamente como en su actitud expansionista frente a las naciones que piensan someter, a pesar de que "nada hay de bárbaro en la nación visitada por el hombre que dije, salvo que llamamos barbarie a lo que no entra en nuestros usos" . Lo más sorprendente es que el mito del "pérfido" checheno calase presuntamente incluso en lo más hondo del pensamiento de algunas figuras prestigiosas de la intelectualidad rusa de aquel período. En este sentido, cabe destacar que en 1828 el célebre escritor ruso A. S. Griboyédov propuso a I. F. Paskiévich la fundación de la Compañía Rusa de Transcaucasia con el fin de incrementar el comercio ruso con Irán y reforzar las posiciones del expansionismo ruso en la región . Solamente criticarán la agresión del colonialismo ruso a los pueblos checheno y daguestano los escritores auténticamente progresistas de la époco, es decir, los demócratas revolucionarios Dobroliúbov y Hertzen ; el resto se unirá al corifeo zarista y algunos llegarán a ser partícipes de esta agresión en calidad de oficiales rusos, entre ellos Lérmontov y Lev Tolstoy. La coyuntura en Chechenia iba siendo cada día más tensa a finales delos años 20 y comienzos de los años 30 del siglo XIX. Se podía percibir en el ambiente el estallido de un nuevo levantamiento de los chechenos contra el ocupante ruso. Solamente faltaba un líder carismático que les aglutinase y dirigiese. Por eso no es casual que en julio de 1831 los chechenos esperasen en Grozni la llegada de Gazi-Magomed (Hayyi-Muhammad) para levantarse contra los militares rusos. A lo largo del mes de agosto de 1831 este líder musulmán de Transcaucasia intenta con todas sus fuerzas y por todos los medios apoderarse de la fortaleza de Vnezápnaya. Sin embargo, habiéndole llegado noticias de las maniobras de las tropas del general ruso Emmanuel, se dirige tras ellas a las montañas de Áujov inflingiéndoles allí una fuerte derrota. Gazi-Magomedov se dirige desde allí a la fortaleza de Derbent para tomarla por asalto, pero su tentativa no tuvo éxito ante la valiente actitud de los defensores armenios y musulmanes que no querían estar bajo su dominio. Por otra parte, el mencionado líder musulmán se vió obligado a abandonar el asedio de Derbent ante la llegada a la ciudad de las tropas del general-mayor Kajánov en noviembre de 1831. Sin embargo, los insurrectos asolaron Kizliar, atacaron la periferia de Vladikavkaz y sitiaron Nazrán. La táctica empleada por los insurrectos se caracteriza por el asalto a determinados núcleos urbanos entre los que media una gran distancia sin consolidar sus posiciones en ellos, ni, con ello, mantener una retaguardia plenamente reforzada. Lo cual les obliga a mantener una posición bastante delicada al no poder consolidar el apoyo recibido por los habitantes de las urbes asaltadas ni traducirlo en un incremento de su contingente militar. Esta circunstancia fue hábilmente aprovechada por los estrategas zaristas, quienes en estrecha colaboración con tropas armenias y georgianas, asaltó a finales de 1832 Guimra, cuartel general de los insurrectos musulmanes, matando a su dirigente Gazi-Magomed e hiriendo a su lugarteniente el futuro imam checheno Shamil. A la muerte de Gazi-Magomed es nombrado imam Gamzat-bek, el cual asesinó a todos los descendientes de los janes ávaros de Daguestán, exceptuando al joven Bulach-jan. En otoño de 1834 su ejército de 15.000 hombres atacó la localidad darguinia de Kuppa. Su vida duró muy poco, pues ese mismo año fue asesinado en una mezquita por los hermanos de los janes ávaros, Osmán y Jadzhi-Murat. Tras este luctuoso acontecimiento, los insurrectos deciden proclamar imam al líder espiritual de los muridistas chechenos, Shamil, que reunirá en su persona las cualidades de buen estratega militar y excelente administrador por un largo espacio de 25 años en el transcurso de los cuales dirigirá la heroica lucha de los pueblos montañeses de Daguestán y Chechenia contra los invasores zaristas. Shamil inicia su prestigiosa carrera militar derrotando en 1835 a un destacamento militar ruso mandado por el general Lanski. A partir de esta acción el líder insurrecto se sentirá con fuerzas para luchar, no solamente contra los militares de Nicolás I, sino contra aquellos montañeses que se oponen a la implantación de la sharia (ley islámica) en los territorios controlados por él. Sin embargo, Shamil es obligado a retirarse de Junzaj por Jadzhi-Murat, bravo dirigente de la defensa de esta localidad. No obstante, habiendo recibido apoyo de algunos subordinados suyos, en marzo de 1836 Shamil se lanza contra los aúles Igali e Intsukul. En la primavera del año siguiente los insurrectos caucasianos inflingen una colosal derrota al general-mayor ruso Ivélich cerca de la aldea Ashiltá, lugar de residencia de Shamil, que se dirigió de nuevo contra Junzaj tras obtener esta victoria. El líder espiritual checheno derrota en las inmediaciones del aúl Sogratl a una coalición militar formada por andalaltsos, junzajeses y kasikumujtses. Los rusos envían a la zona al general Fezi, quien logra obtener el juramento de fidelidad al zar de los habitantes de algunas aldeas de Ichkeria "sin disparar un solo tiro" . Salta a la vista que el éxito ruso es obtenido en los lugares de oposición a Shamil y al muridismo, jugando los líderes chechenos locales cara a las autoridades rusas un papel bastante similar al que jugará en el último conflicto ruso checheno Doku Zavgáyev, ex-Secretario del PCUS en Chechenia en la época brazhneviana y Presidente del minoritario gobierno títere checheno montado por Yeltsin, frente a los auténticos líderes de masas chechenos elegidos por la mayoría de los votos como Zhojar Dudáyev. Prueba de la inconsistencia de la presencia rusa en Chechenia son el envío a la zona de conflicto del sheij de Kazán, Tadzhutin Mustafin, para predicar contra el muridismo de Shamil y el inicio inicio de conversaciones entre Shamil y la jefatura militar suprema rusa en el Cáucaso el 18 de septiembre de 1837. Kliuge von Kliugenau, representante militar ruso, propone a Shamil el cese de las hostilidades y presentarse al zar en Tiflis en otoño, recompensándose por ello al jefe militar y religioso de los insurrectos si deponía la lucha,lo cual no sucedió. En 1838 el general ruso Grabbe sometió una serie de localidades en Daguestán y al año siguiente, el mando ruso ataca Daguestán en dos ofensivas. La primera, dirigida contra el sur de la región es mandada por el general Golovin y, la segunda, a través de Ichkeria, termina con la toma de la fortaleza de Ajulgó por los invasores rusos y la retirada de Shamil al interior de Chechenia. Así finalizaba la primera etapa del largo conflicto ruso-checheno. Al año siguiente Shamil ocupa una docena de fortalezas y expulsa a los ejércitos zaristas de la mayor parte de Avaria y de toda Chechenia. En estas acciones militares es preciso señalar que los insurrectos cuentan en sus filas de combatientes con la presencia de ucranianos y rusos, desertores del ejército de ocupación zarista. En ese mismo año las tropas del general-teniente Jalaféyev derrotan a los insurrectos en una batalla a orillas del río Valerik descrita por el poeta M. Yu. Lérmontov en un poema harto conocido . Para intentar dar mayor moral a sus tropas y meter miedo al alto mando ruso en el Cáucaso, Shamil hace correr el rumor de que se dirige a Derbent a encontrarse con Ibrahim Pashá de Egipto, que viene en su ayuda con un gran ejército . En el verano de 1840 Shamil logra derrotar a las tropas de Von Klugenau en las inmediaciones de la aldea Ishkarta y ocupa posteriormente de manera pacífica la localidad de Erpeli. A finales de ese mismo año Jadzhi-Murat se pasa al bando de Shamil, probablemente descontento con la decisión del alto mando ruso en Transcaucasia de no nombrarle gobernador de Avaria. Al año siguiente, Shamil crea el diván del jan, consejo supremo de gobierno formado por personas de su total confianza. Asimismo, la capital de los insurrectos ¡se establece en Dargó, siendo trasladada posteriormente a 1845 a la localidad de Vedenó. Finalmente, Shamil divide los territorios bajo su poder en cuatro regiones al frente cada una de las cuales instala a un gobernador. Con el fin te tener una mayor agilidad informativa a la hora de tomar decisiones de carácter estratégico, Shamil crea el cuerpo de los mujtasibos o mensajeros a caballo, y una guardia personal, compuesta por mil hombres. En marzo de 1842 Shamil se lanza sobre Kazikumuj pero se ve obligado a retirarse de la localidad ante la notable superior de los cuerpos de ejército rusos. Al año siguiente, Shamil derrota a los ocupantes rusos en las cercanías Untsukul en Avaria y ocupa una serie de localidades en las llanuras de Daguestán. Dos años después inicia la expedición a Tabasarán que cae bajo su dominio. A finales de 1844, el zar ruso decide relevar a la cúpula militar en la región con motivo del fracaso de las sucesivas tentativas de los estrategas rusos para aplastar el movimiento insurgente de los montañeses caucasianos. Nicolás I nombra jefe militar supremo de las tropas rusas en Transcaucasia al general-teniente príncipe M. S. Vorontsov, quien hace una propuesta de paz a Shamil. Ante la negativa de éste, Vorontsov decide atacar al segundo en mayo de 1845 e intentar tomar el aúl Dargó, refugio principal de los insurrectos. En Dargó los ejércitos zaristas son rodeados por los montañeses y en la encerrona perecen 4 generales, 168 oficiales y 3433 soldados rusos. Al año siguiente, Shamil se interna en Kabardá intentando que los kabardinos, también musulmanes, se sumen a su movimiento anticolonialista, pero todas sus tentativas fracasan. En julio de 1848, las tropas rusas ocupan Guegrebil. Ese mismo año, Shamil se dirige al jerife de La Meca pidiéndole apoyo material para su movimiento, y en 1850, al sultán otomano. En septiembre de 1949, los montañeses pierden la fortaleza de Saltá. Un revés importante para los insurrectos se produjo el 23 de noviembre de 1851 cuando Jadzhi-Murat y sus hombres se pasaron de nuevo al bando ruso. La situación de Shamil era en aquellos momentos extremadamente complicada. A partir de este momento, la actuación de los hombre s de Shamil se reduce a una serie de golpes de mano y escaramuzas contra los rusos, pero ya no habrá enfrentamientos de mayor escala por la escasez de recursos humanos en el bando insurrecto. que vayan ocupando el lugar de los caídos en combate. Es más, desde 1854 hasta el final del conflicto-ruso checheno, Shamil no volverá a combatir abiertamente contra los rusos, fundamentalmente a causa de las deserciones del gobernador de la Pequeña Chechenia y de parte importante de los combatientes chechenos, extenuados ya por la guerra contra los rusos y disconformes con algunas medidas administrativas tomadas por el imam checheno. Agobiado por las circunstancias, Shamil se dirige pidiendo ayuda al cónsul de Francia en Estambul, aprovechando la coyuntura de que éste país se encuentra combatiendo a Rusia en la guerra de Crimea, no obteniendo respuesta positiva. A comienzos de 1857 gran parte de Chechenia fue ocupada por los rusos y ese mismo año, el príncipe Orbeliani derrotó a los insurrectos en Aujá y Salatavia. Al año siguiente, casi toda Chechenia ya estaba bajo soberanía rusa . El 25 de agosto de 1859 el príncipe A. I. Bagriatinski comunicó al zar Alejandro II que el aúl Gunib, último refugio de los muridíes, había sido tomado por las tropas rusas, siendo Shamil capturado y enviado a San Petersburgo. De este modo terminaba la heroica y larga lucha de los montañeses de Daguestán y Chechenia por su independencia nacional. Rusia imponía su "pax romana" en la región, pero, como es obvio por notorio, el despótico dominio zarista no logró erradicar de los habitantes de la región la idea de luchar por su libertad en el marco de un Estado nacional. Tampoco lo logró Stalin con su política genocida de deportación masiva de los chechenos a Kazajstán en 1944. Ni los posteriores dirigentes comunistas, ni el actual Presidente de Rusia que embarcó y destrozó en sus sueños de dominación imperialista de Chechenia a la flor y nata de la juventud rusa contemporánea. Al final de la oscuridad se divisa siempre la luz. En este largo conflicto secular es posible que ésta se encuentre en las lámparas del diálogo encendidas por el general ruso Alexandr Lébed y su colega de armas y actual Presidente de Chechenia, Aslán Masjádov. Por encima de los intereses económicos de las multinacionales del petróleo debe estar siempre ese respeto a la diferencia que ha sido la clave del éxito del Islam a lo largo de la historia.
Los prolegómenos del actual conflicto ruso-checheno habría que situarlos en el nombramiento del general A. P. Yermólov como jefe militar supremo del ejército ruso del Cáucaso y embajador en Irán por el zar Alejandro I a comienzos de mayo de 1816. Este nombramiento fue motivado porque este militar ruso no simpatizaba con la política reaccionaria de Arakchéyev, favorito del zar. La política exterior rusa en Transcaucasia, cuyo ejecutor era A. P. Yermólov, perseguía, por una parte, "la salvaguardia de la seguridad general" y, por otra, "que se mantuviese la paz con Persia y que se reafirmasen las relaciones amistosas con ella" . Pero para aplicar esta política era preciso mantener el orden zarista en una amplia región donde no se había consolidado aún la administración rusa, una Transcaucasia que, en caso de iniciarse un conflicto bélico con Irán, se convertiría inmediatamente en retaguardia de las tropas rusas.Una retaguardia sin "orden" era un escollo para que las tropas rusas pudiesen operar libremente y sentirse seguras en la zona atravesada por el llamado "camino militar georgiano". En 1817, tras haber asumido estas premisas de la política exterior rusa para Transcaucasia, A. P. Yermólov propone al Comité de Ministros de Rusia que se refuercen las guarniciones mediante el envío de nuevos contingentes de soldados. A comienzos de 1821, éstos comenzarían a llegar a la zona en número de 16.000 soldados, procedentes de los gobiernos de Chernígov y Poltava (Ucrania). Pero este envío de tropas era insuficiente para A. P. Yermólov, quien se dirigió a sus superiores subrayando la necesidad de que una nueva leva acrecentase el número de soldados y que los regimientos imperiales se ubicasen permanentemente "entre los montañeses". Sin embargo, y, a pesar de la premura de esta petición, el Comité de Ministros ruso hizo oídos sordos a ella. Posteriormente debieron reclutarse nuevos soldados, pues en octubre de 1826 las tropas del general A.P. Yermólov ascendían a alrededor de 40.000 hombres y 124 piezas de artillería. En 1820 tienen lugar los primeros altercados entre el pueblo checheno y los militares rusos. Su causa es preciso buscarla en el empecinamiento de A. P. Yermólov de trasladar la línea de guerra desde el río Terem al Censa, es decir, a las zonas más fértiles de Chechenia, ubicadas en los valles limítrofes con la cordillera caucasiana. Los ingenieros militares rusos iniciaron allí la construcción de numerosas fortificaciones. Los chechenos se opusieron a verse privados de sus mejores tierras y comenzaron a atacar reiteradamente las posiciones rusas. Los notables y mullahs chechenos pidieron ayuda a los terratenientes y dignatarios religiosos de Daguestán. Alarmado por esta coyuntura, A. P. Yermólov exigió a las autoridades chechenas que cesasen las hostilidades de inmediato, el pago de un tributo oneroso, la prestación de trabajos a las tropas rusas y que se constituyesen nuevos núcleos de población chechena allí donde pudiesen ser observados desde las fortificaciones construidas por los rusos. En otoño del mismo año, los ocupantes rusos incendiaron el aúl Guerzel, robaron el ganado, mataron a parte de los habitantes y talaron los bosques. Algunos aldeanos, horrorizados ante las tropelías de las tropas zaristas, decidieron jurar "fidelidad" al zar y se comprometieron a pagar un tributo anual en especie. Sin embargo, la mayoría del pueblo checheno no se doblegó ante el invasor. Prueba de ello fue el estallido de una revuelta antirusa en Chechenia Oriental, dirigida por el señor feudal Beybulat Taymázov y el mullah Muhammad, que se presentó como "Mahdi". Aún en 1825, los soldados rusos seguían cometiendo tropelías semejantes. Prueba de ello es que arrasaron los aúles ubicados en las inmediaciones de la fortificación Vnezápnaya. Estos desmanes del ejército ruso provocaron un aluvión de refugiados chechenos en dirección a Avaria. En 1826 era derrotada por A.P. Yermólov la caballería chechena de Beybulat Taymázov, quien se vió obligado a refugiarse en la ciudad de Anapa, bajo poder otomano, y los ocupantes rusos destruían la aldea de Chijkeri. Este mismo año comienza a observarse un aumento notable de la actividad de las táriqas de los místicos sufíes chechenos, los cuales llaman a sus hermanos de religión a continuar la hazavat contra los ocupantes rusos. Así pues, la política exterior de Rusia en Chechenia durante el período analizado se puede caracterizar como la política puramente colonial de las clases dominantes de un país que se encuentra en el período de transición del régimen de servidumbre al capitalismo primigenio . Asimismo, en estos años y en todas las capas y clases de la sociedad rusa sale a la luz el tópico estereotipo de presentar al checheno como "bandido" y "salteador", lo cual se ha estado haciendo aún hoy desde los diferentes medios de comunicación rusos y occidentales durante la última guerra ruso-chechena. Ésta ha sido siempre la actitud prejuiciosa de los colonialistas: difamar a los pueblos colonizados sin conocerlos, haciendo siempre alarde de ignorar su cultura por considerar inferiores a ambos. Es esa la actitud de quienes necesitan el modelo de bárbaro "Calibán" para mantener su ideología y política colonialistas, tanto internamente como en su actitud expansionista frente a las naciones que piensan someter, a pesar de que "nada hay de bárbaro en la nación visitada por el hombre que dije, salvo que llamamos barbarie a lo que no entra en nuestros usos" . Lo más sorprendente es que el mito del "pérfido" checheno calase presuntamente incluso en lo más hondo del pensamiento de algunas figuras prestigiosas de la intelectualidad rusa de aquel período. En este sentido, cabe destacar que en 1828 el célebre escritor ruso A. S. Griboyédov propuso a I. F. Paskiévich la fundación de la Compañía Rusa de Transcaucasia con el fin de incrementar el comercio ruso con Irán y reforzar las posiciones del expansionismo ruso en la región . Solamente criticarán la agresión del colonialismo ruso a los pueblos checheno y daguestano los escritores auténticamente progresistas de la époco, es decir, los demócratas revolucionarios Dobroliúbov y Hertzen ; el resto se unirá al corifeo zarista y algunos llegarán a ser partícipes de esta agresión en calidad de oficiales rusos, entre ellos Lérmontov y Lev Tolstoy. La coyuntura en Chechenia iba siendo cada día más tensa a finales delos años 20 y comienzos de los años 30 del siglo XIX. Se podía percibir en el ambiente el estallido de un nuevo levantamiento de los chechenos contra el ocupante ruso. Solamente faltaba un líder carismático que les aglutinase y dirigiese. Por eso no es casual que en julio de 1831 los chechenos esperasen en Grozni la llegada de Gazi-Magomed (Hayyi-Muhammad) para levantarse contra los militares rusos. A lo largo del mes de agosto de 1831 este líder musulmán de Transcaucasia intenta con todas sus fuerzas y por todos los medios apoderarse de la fortaleza de Vnezápnaya. Sin embargo, habiéndole llegado noticias de las maniobras de las tropas del general ruso Emmanuel, se dirige tras ellas a las montañas de Áujov inflingiéndoles allí una fuerte derrota. Gazi-Magomedov se dirige desde allí a la fortaleza de Derbent para tomarla por asalto, pero su tentativa no tuvo éxito ante la valiente actitud de los defensores armenios y musulmanes que no querían estar bajo su dominio. Por otra parte, el mencionado líder musulmán se vió obligado a abandonar el asedio de Derbent ante la llegada a la ciudad de las tropas del general-mayor Kajánov en noviembre de 1831. Sin embargo, los insurrectos asolaron Kizliar, atacaron la periferia de Vladikavkaz y sitiaron Nazrán. La táctica empleada por los insurrectos se caracteriza por el asalto a determinados núcleos urbanos entre los que media una gran distancia sin consolidar sus posiciones en ellos, ni, con ello, mantener una retaguardia plenamente reforzada. Lo cual les obliga a mantener una posición bastante delicada al no poder consolidar el apoyo recibido por los habitantes de las urbes asaltadas ni traducirlo en un incremento de su contingente militar. Esta circunstancia fue hábilmente aprovechada por los estrategas zaristas, quienes en estrecha colaboración con tropas armenias y georgianas, asaltó a finales de 1832 Guimra, cuartel general de los insurrectos musulmanes, matando a su dirigente Gazi-Magomed e hiriendo a su lugarteniente el futuro imam checheno Shamil. A la muerte de Gazi-Magomed es nombrado imam Gamzat-bek, el cual asesinó a todos los descendientes de los janes ávaros de Daguestán, exceptuando al joven Bulach-jan. En otoño de 1834 su ejército de 15.000 hombres atacó la localidad darguinia de Kuppa. Su vida duró muy poco, pues ese mismo año fue asesinado en una mezquita por los hermanos de los janes ávaros, Osmán y Jadzhi-Murat. Tras este luctuoso acontecimiento, los insurrectos deciden proclamar imam al líder espiritual de los muridistas chechenos, Shamil, que reunirá en su persona las cualidades de buen estratega militar y excelente administrador por un largo espacio de 25 años en el transcurso de los cuales dirigirá la heroica lucha de los pueblos montañeses de Daguestán y Chechenia contra los invasores zaristas. Shamil inicia su prestigiosa carrera militar derrotando en 1835 a un destacamento militar ruso mandado por el general Lanski. A partir de esta acción el líder insurrecto se sentirá con fuerzas para luchar, no solamente contra los militares de Nicolás I, sino contra aquellos montañeses que se oponen a la implantación de la sharia (ley islámica) en los territorios controlados por él. Sin embargo, Shamil es obligado a retirarse de Junzaj por Jadzhi-Murat, bravo dirigente de la defensa de esta localidad. No obstante, habiendo recibido apoyo de algunos subordinados suyos, en marzo de 1836 Shamil se lanza contra los aúles Igali e Intsukul. En la primavera del año siguiente los insurrectos caucasianos inflingen una colosal derrota al general-mayor ruso Ivélich cerca de la aldea Ashiltá, lugar de residencia de Shamil, que se dirigió de nuevo contra Junzaj tras obtener esta victoria. El líder espiritual checheno derrota en las inmediaciones del aúl Sogratl a una coalición militar formada por andalaltsos, junzajeses y kasikumujtses. Los rusos envían a la zona al general Fezi, quien logra obtener el juramento de fidelidad al zar de los habitantes de algunas aldeas de Ichkeria "sin disparar un solo tiro" . Salta a la vista que el éxito ruso es obtenido en los lugares de oposición a Shamil y al muridismo, jugando los líderes chechenos locales cara a las autoridades rusas un papel bastante similar al que jugará en el último conflicto ruso checheno Doku Zavgáyev, ex-Secretario del PCUS en Chechenia en la época brazhneviana y Presidente del minoritario gobierno títere checheno montado por Yeltsin, frente a los auténticos líderes de masas chechenos elegidos por la mayoría de los votos como Zhojar Dudáyev. Prueba de la inconsistencia de la presencia rusa en Chechenia son el envío a la zona de conflicto del sheij de Kazán, Tadzhutin Mustafin, para predicar contra el muridismo de Shamil y el inicio inicio de conversaciones entre Shamil y la jefatura militar suprema rusa en el Cáucaso el 18 de septiembre de 1837. Kliuge von Kliugenau, representante militar ruso, propone a Shamil el cese de las hostilidades y presentarse al zar en Tiflis en otoño, recompensándose por ello al jefe militar y religioso de los insurrectos si deponía la lucha,lo cual no sucedió. En 1838 el general ruso Grabbe sometió una serie de localidades en Daguestán y al año siguiente, el mando ruso ataca Daguestán en dos ofensivas. La primera, dirigida contra el sur de la región es mandada por el general Golovin y, la segunda, a través de Ichkeria, termina con la toma de la fortaleza de Ajulgó por los invasores rusos y la retirada de Shamil al interior de Chechenia. Así finalizaba la primera etapa del largo conflicto ruso-checheno. Al año siguiente Shamil ocupa una docena de fortalezas y expulsa a los ejércitos zaristas de la mayor parte de Avaria y de toda Chechenia. En estas acciones militares es preciso señalar que los insurrectos cuentan en sus filas de combatientes con la presencia de ucranianos y rusos, desertores del ejército de ocupación zarista. En ese mismo año las tropas del general-teniente Jalaféyev derrotan a los insurrectos en una batalla a orillas del río Valerik descrita por el poeta M. Yu. Lérmontov en un poema harto conocido . Para intentar dar mayor moral a sus tropas y meter miedo al alto mando ruso en el Cáucaso, Shamil hace correr el rumor de que se dirige a Derbent a encontrarse con Ibrahim Pashá de Egipto, que viene en su ayuda con un gran ejército . En el verano de 1840 Shamil logra derrotar a las tropas de Von Klugenau en las inmediaciones de la aldea Ishkarta y ocupa posteriormente de manera pacífica la localidad de Erpeli. A finales de ese mismo año Jadzhi-Murat se pasa al bando de Shamil, probablemente descontento con la decisión del alto mando ruso en Transcaucasia de no nombrarle gobernador de Avaria. Al año siguiente, Shamil crea el diván del jan, consejo supremo de gobierno formado por personas de su total confianza. Asimismo, la capital de los insurrectos ¡se establece en Dargó, siendo trasladada posteriormente a 1845 a la localidad de Vedenó. Finalmente, Shamil divide los territorios bajo su poder en cuatro regiones al frente cada una de las cuales instala a un gobernador. Con el fin te tener una mayor agilidad informativa a la hora de tomar decisiones de carácter estratégico, Shamil crea el cuerpo de los mujtasibos o mensajeros a caballo, y una guardia personal, compuesta por mil hombres. En marzo de 1842 Shamil se lanza sobre Kazikumuj pero se ve obligado a retirarse de la localidad ante la notable superior de los cuerpos de ejército rusos. Al año siguiente, Shamil derrota a los ocupantes rusos en las cercanías Untsukul en Avaria y ocupa una serie de localidades en las llanuras de Daguestán. Dos años después inicia la expedición a Tabasarán que cae bajo su dominio. A finales de 1844, el zar ruso decide relevar a la cúpula militar en la región con motivo del fracaso de las sucesivas tentativas de los estrategas rusos para aplastar el movimiento insurgente de los montañeses caucasianos. Nicolás I nombra jefe militar supremo de las tropas rusas en Transcaucasia al general-teniente príncipe M. S. Vorontsov, quien hace una propuesta de paz a Shamil. Ante la negativa de éste, Vorontsov decide atacar al segundo en mayo de 1845 e intentar tomar el aúl Dargó, refugio principal de los insurrectos. En Dargó los ejércitos zaristas son rodeados por los montañeses y en la encerrona perecen 4 generales, 168 oficiales y 3433 soldados rusos. Al año siguiente, Shamil se interna en Kabardá intentando que los kabardinos, también musulmanes, se sumen a su movimiento anticolonialista, pero todas sus tentativas fracasan. En julio de 1848, las tropas rusas ocupan Guegrebil. Ese mismo año, Shamil se dirige al jerife de La Meca pidiéndole apoyo material para su movimiento, y en 1850, al sultán otomano. En septiembre de 1949, los montañeses pierden la fortaleza de Saltá. Un revés importante para los insurrectos se produjo el 23 de noviembre de 1851 cuando Jadzhi-Murat y sus hombres se pasaron de nuevo al bando ruso. La situación de Shamil era en aquellos momentos extremadamente complicada. A partir de este momento, la actuación de los hombre s de Shamil se reduce a una serie de golpes de mano y escaramuzas contra los rusos, pero ya no habrá enfrentamientos de mayor escala por la escasez de recursos humanos en el bando insurrecto. que vayan ocupando el lugar de los caídos en combate. Es más, desde 1854 hasta el final del conflicto-ruso checheno, Shamil no volverá a combatir abiertamente contra los rusos, fundamentalmente a causa de las deserciones del gobernador de la Pequeña Chechenia y de parte importante de los combatientes chechenos, extenuados ya por la guerra contra los rusos y disconformes con algunas medidas administrativas tomadas por el imam checheno. Agobiado por las circunstancias, Shamil se dirige pidiendo ayuda al cónsul de Francia en Estambul, aprovechando la coyuntura de que éste país se encuentra combatiendo a Rusia en la guerra de Crimea, no obteniendo respuesta positiva. A comienzos de 1857 gran parte de Chechenia fue ocupada por los rusos y ese mismo año, el príncipe Orbeliani derrotó a los insurrectos en Aujá y Salatavia. Al año siguiente, casi toda Chechenia ya estaba bajo soberanía rusa . El 25 de agosto de 1859 el príncipe A. I. Bagriatinski comunicó al zar Alejandro II que el aúl Gunib, último refugio de los muridíes, había sido tomado por las tropas rusas, siendo Shamil capturado y enviado a San Petersburgo. De este modo terminaba la heroica y larga lucha de los montañeses de Daguestán y Chechenia por su independencia nacional. Rusia imponía su "pax romana" en la región, pero, como es obvio por notorio, el despótico dominio zarista no logró erradicar de los habitantes de la región la idea de luchar por su libertad en el marco de un Estado nacional. Tampoco lo logró Stalin con su política genocida de deportación masiva de los chechenos a Kazajstán en 1944. Ni los posteriores dirigentes comunistas, ni el actual Presidente de Rusia que embarcó y destrozó en sus sueños de dominación imperialista de Chechenia a la flor y nata de la juventud rusa contemporánea. Al final de la oscuridad se divisa siempre la luz. En este largo conflicto secular es posible que ésta se encuentre en las lámparas del diálogo encendidas por el general ruso Alexandr Lébed y su colega de armas y actual Presidente de Chechenia, Aslán Masjádov. Por encima de los intereses económicos de las multinacionales del petróleo debe estar siempre ese respeto a la diferencia que ha sido la clave del éxito del Islam a lo largo de la historia.
LECTURA SIETE
Antecedentes históricos del conflicto ruso-checheno
Los prolegómenos del actual conflicto ruso-checheno habría que situarlos en el nombramiento del general A. P. Yermólov como jefe militar supremo del ejército ruso del Cáucaso y embajador en Irán por el zar Alejandro I a comienzos de mayo de 1816. Este nombramiento fue motivado porque este militar ruso no simpatizaba con la política reaccionaria de Arakchéyev, favorito del zar. La política exterior rusa en Transcaucasia, cuyo ejecutor era A. P. Yermólov, perseguía, por una parte, "la salvaguardia de la seguridad general" y, por otra, "que se mantuviese la paz con Persia y que se reafirmasen las relaciones amistosas con ella" . Pero para aplicar esta política era preciso mantener el orden zarista en una amplia región donde no se había consolidado aún la administración rusa, una Transcaucasia que, en caso de iniciarse un conflicto bélico con Irán, se convertiría inmediatamente en retaguardia de las tropas rusas.Una retaguardia sin "orden" era un escollo para que las tropas rusas pudiesen operar libremente y sentirse seguras en la zona atravesada por el llamado "camino militar georgiano". En 1817, tras haber asumido estas premisas de la política exterior rusa para Transcaucasia, A. P. Yermólov propone al Comité de Ministros de Rusia que se refuercen las guarniciones mediante el envío de nuevos contingentes de soldados. A comienzos de 1821, éstos comenzarían a llegar a la zona en número de 16.000 soldados, procedentes de los gobiernos de Chernígov y Poltava (Ucrania). Pero este envío de tropas era insuficiente para A. P. Yermólov, quien se dirigió a sus superiores subrayando la necesidad de que una nueva leva acrecentase el número de soldados y que los regimientos imperiales se ubicasen permanentemente "entre los montañeses". Sin embargo, y, a pesar de la premura de esta petición, el Comité de Ministros ruso hizo oídos sordos a ella. Posteriormente debieron reclutarse nuevos soldados, pues en octubre de 1826 las tropas del general A.P. Yermólov ascendían a alrededor de 40.000 hombres y 124 piezas de artillería. En 1820 tienen lugar los primeros altercados entre el pueblo checheno y los militares rusos. Su causa es preciso buscarla en el empecinamiento de A. P. Yermólov de trasladar la línea de guerra desde el río Terem al Censa, es decir, a las zonas más fértiles de Chechenia, ubicadas en los valles limítrofes con la cordillera caucasiana. Los ingenieros militares rusos iniciaron allí la construcción de numerosas fortificaciones. Los chechenos se opusieron a verse privados de sus mejores tierras y comenzaron a atacar reiteradamente las posiciones rusas. Los notables y mullahs chechenos pidieron ayuda a los terratenientes y dignatarios religiosos de Daguestán. Alarmado por esta coyuntura, A. P. Yermólov exigió a las autoridades chechenas que cesasen las hostilidades de inmediato, el pago de un tributo oneroso, la prestación de trabajos a las tropas rusas y que se constituyesen nuevos núcleos de población chechena allí donde pudiesen ser observados desde las fortificaciones construidas por los rusos. En otoño del mismo año, los ocupantes rusos incendiaron el aúl Guerzel, robaron el ganado, mataron a parte de los habitantes y talaron los bosques. Algunos aldeanos, horrorizados ante las tropelías de las tropas zaristas, decidieron jurar "fidelidad" al zar y se comprometieron a pagar un tributo anual en especie. Sin embargo, la mayoría del pueblo checheno no se doblegó ante el invasor. Prueba de ello fue el estallido de una revuelta antirusa en Chechenia Oriental, dirigida por el señor feudal Beybulat Taymázov y el mullah Muhammad, que se presentó como "Mahdi". Aún en 1825, los soldados rusos seguían cometiendo tropelías semejantes. Prueba de ello es que arrasaron los aúles ubicados en las inmediaciones de la fortificación Vnezápnaya. Estos desmanes del ejército ruso provocaron un aluvión de refugiados chechenos en dirección a Avaria. En 1826 era derrotada por A.P. Yermólov la caballería chechena de Beybulat Taymázov, quien se vió obligado a refugiarse en la ciudad de Anapa, bajo poder otomano, y los ocupantes rusos destruían la aldea de Chijkeri. Este mismo año comienza a observarse un aumento notable de la actividad de las táriqas de los místicos sufíes chechenos, los cuales llaman a sus hermanos de religión a continuar la hazavat contra los ocupantes rusos. Así pues, la política exterior de Rusia en Chechenia durante el período analizado se puede caracterizar como la política puramente colonial de las clases dominantes de un país que se encuentra en el período de transición del régimen de servidumbre al capitalismo primigenio . Asimismo, en estos años y en todas las capas y clases de la sociedad rusa sale a la luz el tópico estereotipo de presentar al checheno como "bandido" y "salteador", lo cual se ha estado haciendo aún hoy desde los diferentes medios de comunicación rusos y occidentales durante la última guerra ruso-chechena. Ésta ha sido siempre la actitud prejuiciosa de los colonialistas: difamar a los pueblos colonizados sin conocerlos, haciendo siempre alarde de ignorar su cultura por considerar inferiores a ambos. Es esa la actitud de quienes necesitan el modelo de bárbaro "Calibán" para mantener su ideología y política colonialistas, tanto internamente como en su actitud expansionista frente a las naciones que piensan someter, a pesar de que "nada hay de bárbaro en la nación visitada por el hombre que dije, salvo que llamamos barbarie a lo que no entra en nuestros usos" . Lo más sorprendente es que el mito del "pérfido" checheno calase presuntamente incluso en lo más hondo del pensamiento de algunas figuras prestigiosas de la intelectualidad rusa de aquel período. En este sentido, cabe destacar que en 1828 el célebre escritor ruso A. S. Griboyédov propuso a I. F. Paskiévich la fundación de la Compañía Rusa de Transcaucasia con el fin de incrementar el comercio ruso con Irán y reforzar las posiciones del expansionismo ruso en la región . Solamente criticarán la agresión del colonialismo ruso a los pueblos checheno y daguestano los escritores auténticamente progresistas de la époco, es decir, los demócratas revolucionarios Dobroliúbov y Hertzen ; el resto se unirá al corifeo zarista y algunos llegarán a ser partícipes de esta agresión en calidad de oficiales rusos, entre ellos Lérmontov y Lev Tolstoy. La coyuntura en Chechenia iba siendo cada día más tensa a finales delos años 20 y comienzos de los años 30 del siglo XIX. Se podía percibir en el ambiente el estallido de un nuevo levantamiento de los chechenos contra el ocupante ruso. Solamente faltaba un líder carismático que les aglutinase y dirigiese. Por eso no es casual que en julio de 1831 los chechenos esperasen en Grozni la llegada de Gazi-Magomed (Hayyi-Muhammad) para levantarse contra los militares rusos. A lo largo del mes de agosto de 1831 este líder musulmán de Transcaucasia intenta con todas sus fuerzas y por todos los medios apoderarse de la fortaleza de Vnezápnaya. Sin embargo, habiéndole llegado noticias de las maniobras de las tropas del general ruso Emmanuel, se dirige tras ellas a las montañas de Áujov inflingiéndoles allí una fuerte derrota. Gazi-Magomedov se dirige desde allí a la fortaleza de Derbent para tomarla por asalto, pero su tentativa no tuvo éxito ante la valiente actitud de los defensores armenios y musulmanes que no querían estar bajo su dominio. Por otra parte, el mencionado líder musulmán se vió obligado a abandonar el asedio de Derbent ante la llegada a la ciudad de las tropas del general-mayor Kajánov en noviembre de 1831. Sin embargo, los insurrectos asolaron Kizliar, atacaron la periferia de Vladikavkaz y sitiaron Nazrán. La táctica empleada por los insurrectos se caracteriza por el asalto a determinados núcleos urbanos entre los que media una gran distancia sin consolidar sus posiciones en ellos, ni, con ello, mantener una retaguardia plenamente reforzada. Lo cual les obliga a mantener una posición bastante delicada al no poder consolidar el apoyo recibido por los habitantes de las urbes asaltadas ni traducirlo en un incremento de su contingente militar. Esta circunstancia fue hábilmente aprovechada por los estrategas zaristas, quienes en estrecha colaboración con tropas armenias y georgianas, asaltó a finales de 1832 Guimra, cuartel general de los insurrectos musulmanes, matando a su dirigente Gazi-Magomed e hiriendo a su lugarteniente el futuro imam checheno Shamil. A la muerte de Gazi-Magomed es nombrado imam Gamzat-bek, el cual asesinó a todos los descendientes de los janes ávaros de Daguestán, exceptuando al joven Bulach-jan. En otoño de 1834 su ejército de 15.000 hombres atacó la localidad darguinia de Kuppa. Su vida duró muy poco, pues ese mismo año fue asesinado en una mezquita por los hermanos de los janes ávaros, Osmán y Jadzhi-Murat. Tras este luctuoso acontecimiento, los insurrectos deciden proclamar imam al líder espiritual de los muridistas chechenos, Shamil, que reunirá en su persona las cualidades de buen estratega militar y excelente administrador por un largo espacio de 25 años en el transcurso de los cuales dirigirá la heroica lucha de los pueblos montañeses de Daguestán y Chechenia contra los invasores zaristas. Shamil inicia su prestigiosa carrera militar derrotando en 1835 a un destacamento militar ruso mandado por el general Lanski. A partir de esta acción el líder insurrecto se sentirá con fuerzas para luchar, no solamente contra los militares de Nicolás I, sino contra aquellos montañeses que se oponen a la implantación de la sharia (ley islámica) en los territorios controlados por él. Sin embargo, Shamil es obligado a retirarse de Junzaj por Jadzhi-Murat, bravo dirigente de la defensa de esta localidad. No obstante, habiendo recibido apoyo de algunos subordinados suyos, en marzo de 1836 Shamil se lanza contra los aúles Igali e Intsukul. En la primavera del año siguiente los insurrectos caucasianos inflingen una colosal derrota al general-mayor ruso Ivélich cerca de la aldea Ashiltá, lugar de residencia de Shamil, que se dirigió de nuevo contra Junzaj tras obtener esta victoria. El líder espiritual checheno derrota en las inmediaciones del aúl Sogratl a una coalición militar formada por andalaltsos, junzajeses y kasikumujtses. Los rusos envían a la zona al general Fezi, quien logra obtener el juramento de fidelidad al zar de los habitantes de algunas aldeas de Ichkeria "sin disparar un solo tiro" . Salta a la vista que el éxito ruso es obtenido en los lugares de oposición a Shamil y al muridismo, jugando los líderes chechenos locales cara a las autoridades rusas un papel bastante similar al que jugará en el último conflicto ruso checheno Doku Zavgáyev, ex-Secretario del PCUS en Chechenia en la época brazhneviana y Presidente del minoritario gobierno títere checheno montado por Yeltsin, frente a los auténticos líderes de masas chechenos elegidos por la mayoría de los votos como Zhojar Dudáyev. Prueba de la inconsistencia de la presencia rusa en Chechenia son el envío a la zona de conflicto del sheij de Kazán, Tadzhutin Mustafin, para predicar contra el muridismo de Shamil y el inicio inicio de conversaciones entre Shamil y la jefatura militar suprema rusa en el Cáucaso el 18 de septiembre de 1837. Kliuge von Kliugenau, representante militar ruso, propone a Shamil el cese de las hostilidades y presentarse al zar en Tiflis en otoño, recompensándose por ello al jefe militar y religioso de los insurrectos si deponía la lucha,lo cual no sucedió. En 1838 el general ruso Grabbe sometió una serie de localidades en Daguestán y al año siguiente, el mando ruso ataca Daguestán en dos ofensivas. La primera, dirigida contra el sur de la región es mandada por el general Golovin y, la segunda, a través de Ichkeria, termina con la toma de la fortaleza de Ajulgó por los invasores rusos y la retirada de Shamil al interior de Chechenia. Así finalizaba la primera etapa del largo conflicto ruso-checheno. Al año siguiente Shamil ocupa una docena de fortalezas y expulsa a los ejércitos zaristas de la mayor parte de Avaria y de toda Chechenia. En estas acciones militares es preciso señalar que los insurrectos cuentan en sus filas de combatientes con la presencia de ucranianos y rusos, desertores del ejército de ocupación zarista. En ese mismo año las tropas del general-teniente Jalaféyev derrotan a los insurrectos en una batalla a orillas del río Valerik descrita por el poeta M. Yu. Lérmontov en un poema harto conocido . Para intentar dar mayor moral a sus tropas y meter miedo al alto mando ruso en el Cáucaso, Shamil hace correr el rumor de que se dirige a Derbent a encontrarse con Ibrahim Pashá de Egipto, que viene en su ayuda con un gran ejército . En el verano de 1840 Shamil logra derrotar a las tropas de Von Klugenau en las inmediaciones de la aldea Ishkarta y ocupa posteriormente de manera pacífica la localidad de Erpeli. A finales de ese mismo año Jadzhi-Murat se pasa al bando de Shamil, probablemente descontento con la decisión del alto mando ruso en Transcaucasia de no nombrarle gobernador de Avaria. Al año siguiente, Shamil crea el diván del jan, consejo supremo de gobierno formado por personas de su total confianza. Asimismo, la capital de los insurrectos ¡se establece en Dargó, siendo trasladada posteriormente a 1845 a la localidad de Vedenó. Finalmente, Shamil divide los territorios bajo su poder en cuatro regiones al frente cada una de las cuales instala a un gobernador. Con el fin te tener una mayor agilidad informativa a la hora de tomar decisiones de carácter estratégico, Shamil crea el cuerpo de los mujtasibos o mensajeros a caballo, y una guardia personal, compuesta por mil hombres. En marzo de 1842 Shamil se lanza sobre Kazikumuj pero se ve obligado a retirarse de la localidad ante la notable superior de los cuerpos de ejército rusos. Al año siguiente, Shamil derrota a los ocupantes rusos en las cercanías Untsukul en Avaria y ocupa una serie de localidades en las llanuras de Daguestán. Dos años después inicia la expedición a Tabasarán que cae bajo su dominio. A finales de 1844, el zar ruso decide relevar a la cúpula militar en la región con motivo del fracaso de las sucesivas tentativas de los estrategas rusos para aplastar el movimiento insurgente de los montañeses caucasianos. Nicolás I nombra jefe militar supremo de las tropas rusas en Transcaucasia al general-teniente príncipe M. S. Vorontsov, quien hace una propuesta de paz a Shamil. Ante la negativa de éste, Vorontsov decide atacar al segundo en mayo de 1845 e intentar tomar el aúl Dargó, refugio principal de los insurrectos. En Dargó los ejércitos zaristas son rodeados por los montañeses y en la encerrona perecen 4 generales, 168 oficiales y 3433 soldados rusos. Al año siguiente, Shamil se interna en Kabardá intentando que los kabardinos, también musulmanes, se sumen a su movimiento anticolonialista, pero todas sus tentativas fracasan. En julio de 1848, las tropas rusas ocupan Guegrebil. Ese mismo año, Shamil se dirige al jerife de La Meca pidiéndole apoyo material para su movimiento, y en 1850, al sultán otomano. En septiembre de 1949, los montañeses pierden la fortaleza de Saltá. Un revés importante para los insurrectos se produjo el 23 de noviembre de 1851 cuando Jadzhi-Murat y sus hombres se pasaron de nuevo al bando ruso. La situación de Shamil era en aquellos momentos extremadamente complicada. A partir de este momento, la actuación de los hombre s de Shamil se reduce a una serie de golpes de mano y escaramuzas contra los rusos, pero ya no habrá enfrentamientos de mayor escala por la escasez de recursos humanos en el bando insurrecto. que vayan ocupando el lugar de los caídos en combate. Es más, desde 1854 hasta el final del conflicto-ruso checheno, Shamil no volverá a combatir abiertamente contra los rusos, fundamentalmente a causa de las deserciones del gobernador de la Pequeña Chechenia y de parte importante de los combatientes chechenos, extenuados ya por la guerra contra los rusos y disconformes con algunas medidas administrativas tomadas por el imam checheno. Agobiado por las circunstancias, Shamil se dirige pidiendo ayuda al cónsul de Francia en Estambul, aprovechando la coyuntura de que éste país se encuentra combatiendo a Rusia en la guerra de Crimea, no obteniendo respuesta positiva. A comienzos de 1857 gran parte de Chechenia fue ocupada por los rusos y ese mismo año, el príncipe Orbeliani derrotó a los insurrectos en Aujá y Salatavia. Al año siguiente, casi toda Chechenia ya estaba bajo soberanía rusa . El 25 de agosto de 1859 el príncipe A. I. Bagriatinski comunicó al zar Alejandro II que el aúl Gunib, último refugio de los muridíes, había sido tomado por las tropas rusas, siendo Shamil capturado y enviado a San Petersburgo. De este modo terminaba la heroica y larga lucha de los montañeses de Daguestán y Chechenia por su independencia nacional. Rusia imponía su "pax romana" en la región, pero, como es obvio por notorio, el despótico dominio zarista no logró erradicar de los habitantes de la región la idea de luchar por su libertad en el marco de un Estado nacional. Tampoco lo logró Stalin con su política genocida de deportación masiva de los chechenos a Kazajstán en 1944. Ni los posteriores dirigentes comunistas, ni el actual Presidente de Rusia que embarcó y destrozó en sus sueños de dominación imperialista de Chechenia a la flor y nata de la juventud rusa contemporánea. Al final de la oscuridad se divisa siempre la luz. En este largo conflicto secular es posible que ésta se encuentre en las lámparas del diálogo encendidas por el general ruso Alexandr Lébed y su colega de armas y actual Presidente de Chechenia, Aslán Masjádov. Por encima de los intereses económicos de las multinacionales del petróleo debe estar siempre ese respeto a la diferencia que ha sido la clave del éxito del Islam a lo largo de la historia.
Los prolegómenos del actual conflicto ruso-checheno habría que situarlos en el nombramiento del general A. P. Yermólov como jefe militar supremo del ejército ruso del Cáucaso y embajador en Irán por el zar Alejandro I a comienzos de mayo de 1816. Este nombramiento fue motivado porque este militar ruso no simpatizaba con la política reaccionaria de Arakchéyev, favorito del zar. La política exterior rusa en Transcaucasia, cuyo ejecutor era A. P. Yermólov, perseguía, por una parte, "la salvaguardia de la seguridad general" y, por otra, "que se mantuviese la paz con Persia y que se reafirmasen las relaciones amistosas con ella" . Pero para aplicar esta política era preciso mantener el orden zarista en una amplia región donde no se había consolidado aún la administración rusa, una Transcaucasia que, en caso de iniciarse un conflicto bélico con Irán, se convertiría inmediatamente en retaguardia de las tropas rusas.Una retaguardia sin "orden" era un escollo para que las tropas rusas pudiesen operar libremente y sentirse seguras en la zona atravesada por el llamado "camino militar georgiano". En 1817, tras haber asumido estas premisas de la política exterior rusa para Transcaucasia, A. P. Yermólov propone al Comité de Ministros de Rusia que se refuercen las guarniciones mediante el envío de nuevos contingentes de soldados. A comienzos de 1821, éstos comenzarían a llegar a la zona en número de 16.000 soldados, procedentes de los gobiernos de Chernígov y Poltava (Ucrania). Pero este envío de tropas era insuficiente para A. P. Yermólov, quien se dirigió a sus superiores subrayando la necesidad de que una nueva leva acrecentase el número de soldados y que los regimientos imperiales se ubicasen permanentemente "entre los montañeses". Sin embargo, y, a pesar de la premura de esta petición, el Comité de Ministros ruso hizo oídos sordos a ella. Posteriormente debieron reclutarse nuevos soldados, pues en octubre de 1826 las tropas del general A.P. Yermólov ascendían a alrededor de 40.000 hombres y 124 piezas de artillería. En 1820 tienen lugar los primeros altercados entre el pueblo checheno y los militares rusos. Su causa es preciso buscarla en el empecinamiento de A. P. Yermólov de trasladar la línea de guerra desde el río Terem al Censa, es decir, a las zonas más fértiles de Chechenia, ubicadas en los valles limítrofes con la cordillera caucasiana. Los ingenieros militares rusos iniciaron allí la construcción de numerosas fortificaciones. Los chechenos se opusieron a verse privados de sus mejores tierras y comenzaron a atacar reiteradamente las posiciones rusas. Los notables y mullahs chechenos pidieron ayuda a los terratenientes y dignatarios religiosos de Daguestán. Alarmado por esta coyuntura, A. P. Yermólov exigió a las autoridades chechenas que cesasen las hostilidades de inmediato, el pago de un tributo oneroso, la prestación de trabajos a las tropas rusas y que se constituyesen nuevos núcleos de población chechena allí donde pudiesen ser observados desde las fortificaciones construidas por los rusos. En otoño del mismo año, los ocupantes rusos incendiaron el aúl Guerzel, robaron el ganado, mataron a parte de los habitantes y talaron los bosques. Algunos aldeanos, horrorizados ante las tropelías de las tropas zaristas, decidieron jurar "fidelidad" al zar y se comprometieron a pagar un tributo anual en especie. Sin embargo, la mayoría del pueblo checheno no se doblegó ante el invasor. Prueba de ello fue el estallido de una revuelta antirusa en Chechenia Oriental, dirigida por el señor feudal Beybulat Taymázov y el mullah Muhammad, que se presentó como "Mahdi". Aún en 1825, los soldados rusos seguían cometiendo tropelías semejantes. Prueba de ello es que arrasaron los aúles ubicados en las inmediaciones de la fortificación Vnezápnaya. Estos desmanes del ejército ruso provocaron un aluvión de refugiados chechenos en dirección a Avaria. En 1826 era derrotada por A.P. Yermólov la caballería chechena de Beybulat Taymázov, quien se vió obligado a refugiarse en la ciudad de Anapa, bajo poder otomano, y los ocupantes rusos destruían la aldea de Chijkeri. Este mismo año comienza a observarse un aumento notable de la actividad de las táriqas de los místicos sufíes chechenos, los cuales llaman a sus hermanos de religión a continuar la hazavat contra los ocupantes rusos. Así pues, la política exterior de Rusia en Chechenia durante el período analizado se puede caracterizar como la política puramente colonial de las clases dominantes de un país que se encuentra en el período de transición del régimen de servidumbre al capitalismo primigenio . Asimismo, en estos años y en todas las capas y clases de la sociedad rusa sale a la luz el tópico estereotipo de presentar al checheno como "bandido" y "salteador", lo cual se ha estado haciendo aún hoy desde los diferentes medios de comunicación rusos y occidentales durante la última guerra ruso-chechena. Ésta ha sido siempre la actitud prejuiciosa de los colonialistas: difamar a los pueblos colonizados sin conocerlos, haciendo siempre alarde de ignorar su cultura por considerar inferiores a ambos. Es esa la actitud de quienes necesitan el modelo de bárbaro "Calibán" para mantener su ideología y política colonialistas, tanto internamente como en su actitud expansionista frente a las naciones que piensan someter, a pesar de que "nada hay de bárbaro en la nación visitada por el hombre que dije, salvo que llamamos barbarie a lo que no entra en nuestros usos" . Lo más sorprendente es que el mito del "pérfido" checheno calase presuntamente incluso en lo más hondo del pensamiento de algunas figuras prestigiosas de la intelectualidad rusa de aquel período. En este sentido, cabe destacar que en 1828 el célebre escritor ruso A. S. Griboyédov propuso a I. F. Paskiévich la fundación de la Compañía Rusa de Transcaucasia con el fin de incrementar el comercio ruso con Irán y reforzar las posiciones del expansionismo ruso en la región . Solamente criticarán la agresión del colonialismo ruso a los pueblos checheno y daguestano los escritores auténticamente progresistas de la époco, es decir, los demócratas revolucionarios Dobroliúbov y Hertzen ; el resto se unirá al corifeo zarista y algunos llegarán a ser partícipes de esta agresión en calidad de oficiales rusos, entre ellos Lérmontov y Lev Tolstoy. La coyuntura en Chechenia iba siendo cada día más tensa a finales delos años 20 y comienzos de los años 30 del siglo XIX. Se podía percibir en el ambiente el estallido de un nuevo levantamiento de los chechenos contra el ocupante ruso. Solamente faltaba un líder carismático que les aglutinase y dirigiese. Por eso no es casual que en julio de 1831 los chechenos esperasen en Grozni la llegada de Gazi-Magomed (Hayyi-Muhammad) para levantarse contra los militares rusos. A lo largo del mes de agosto de 1831 este líder musulmán de Transcaucasia intenta con todas sus fuerzas y por todos los medios apoderarse de la fortaleza de Vnezápnaya. Sin embargo, habiéndole llegado noticias de las maniobras de las tropas del general ruso Emmanuel, se dirige tras ellas a las montañas de Áujov inflingiéndoles allí una fuerte derrota. Gazi-Magomedov se dirige desde allí a la fortaleza de Derbent para tomarla por asalto, pero su tentativa no tuvo éxito ante la valiente actitud de los defensores armenios y musulmanes que no querían estar bajo su dominio. Por otra parte, el mencionado líder musulmán se vió obligado a abandonar el asedio de Derbent ante la llegada a la ciudad de las tropas del general-mayor Kajánov en noviembre de 1831. Sin embargo, los insurrectos asolaron Kizliar, atacaron la periferia de Vladikavkaz y sitiaron Nazrán. La táctica empleada por los insurrectos se caracteriza por el asalto a determinados núcleos urbanos entre los que media una gran distancia sin consolidar sus posiciones en ellos, ni, con ello, mantener una retaguardia plenamente reforzada. Lo cual les obliga a mantener una posición bastante delicada al no poder consolidar el apoyo recibido por los habitantes de las urbes asaltadas ni traducirlo en un incremento de su contingente militar. Esta circunstancia fue hábilmente aprovechada por los estrategas zaristas, quienes en estrecha colaboración con tropas armenias y georgianas, asaltó a finales de 1832 Guimra, cuartel general de los insurrectos musulmanes, matando a su dirigente Gazi-Magomed e hiriendo a su lugarteniente el futuro imam checheno Shamil. A la muerte de Gazi-Magomed es nombrado imam Gamzat-bek, el cual asesinó a todos los descendientes de los janes ávaros de Daguestán, exceptuando al joven Bulach-jan. En otoño de 1834 su ejército de 15.000 hombres atacó la localidad darguinia de Kuppa. Su vida duró muy poco, pues ese mismo año fue asesinado en una mezquita por los hermanos de los janes ávaros, Osmán y Jadzhi-Murat. Tras este luctuoso acontecimiento, los insurrectos deciden proclamar imam al líder espiritual de los muridistas chechenos, Shamil, que reunirá en su persona las cualidades de buen estratega militar y excelente administrador por un largo espacio de 25 años en el transcurso de los cuales dirigirá la heroica lucha de los pueblos montañeses de Daguestán y Chechenia contra los invasores zaristas. Shamil inicia su prestigiosa carrera militar derrotando en 1835 a un destacamento militar ruso mandado por el general Lanski. A partir de esta acción el líder insurrecto se sentirá con fuerzas para luchar, no solamente contra los militares de Nicolás I, sino contra aquellos montañeses que se oponen a la implantación de la sharia (ley islámica) en los territorios controlados por él. Sin embargo, Shamil es obligado a retirarse de Junzaj por Jadzhi-Murat, bravo dirigente de la defensa de esta localidad. No obstante, habiendo recibido apoyo de algunos subordinados suyos, en marzo de 1836 Shamil se lanza contra los aúles Igali e Intsukul. En la primavera del año siguiente los insurrectos caucasianos inflingen una colosal derrota al general-mayor ruso Ivélich cerca de la aldea Ashiltá, lugar de residencia de Shamil, que se dirigió de nuevo contra Junzaj tras obtener esta victoria. El líder espiritual checheno derrota en las inmediaciones del aúl Sogratl a una coalición militar formada por andalaltsos, junzajeses y kasikumujtses. Los rusos envían a la zona al general Fezi, quien logra obtener el juramento de fidelidad al zar de los habitantes de algunas aldeas de Ichkeria "sin disparar un solo tiro" . Salta a la vista que el éxito ruso es obtenido en los lugares de oposición a Shamil y al muridismo, jugando los líderes chechenos locales cara a las autoridades rusas un papel bastante similar al que jugará en el último conflicto ruso checheno Doku Zavgáyev, ex-Secretario del PCUS en Chechenia en la época brazhneviana y Presidente del minoritario gobierno títere checheno montado por Yeltsin, frente a los auténticos líderes de masas chechenos elegidos por la mayoría de los votos como Zhojar Dudáyev. Prueba de la inconsistencia de la presencia rusa en Chechenia son el envío a la zona de conflicto del sheij de Kazán, Tadzhutin Mustafin, para predicar contra el muridismo de Shamil y el inicio inicio de conversaciones entre Shamil y la jefatura militar suprema rusa en el Cáucaso el 18 de septiembre de 1837. Kliuge von Kliugenau, representante militar ruso, propone a Shamil el cese de las hostilidades y presentarse al zar en Tiflis en otoño, recompensándose por ello al jefe militar y religioso de los insurrectos si deponía la lucha,lo cual no sucedió. En 1838 el general ruso Grabbe sometió una serie de localidades en Daguestán y al año siguiente, el mando ruso ataca Daguestán en dos ofensivas. La primera, dirigida contra el sur de la región es mandada por el general Golovin y, la segunda, a través de Ichkeria, termina con la toma de la fortaleza de Ajulgó por los invasores rusos y la retirada de Shamil al interior de Chechenia. Así finalizaba la primera etapa del largo conflicto ruso-checheno. Al año siguiente Shamil ocupa una docena de fortalezas y expulsa a los ejércitos zaristas de la mayor parte de Avaria y de toda Chechenia. En estas acciones militares es preciso señalar que los insurrectos cuentan en sus filas de combatientes con la presencia de ucranianos y rusos, desertores del ejército de ocupación zarista. En ese mismo año las tropas del general-teniente Jalaféyev derrotan a los insurrectos en una batalla a orillas del río Valerik descrita por el poeta M. Yu. Lérmontov en un poema harto conocido . Para intentar dar mayor moral a sus tropas y meter miedo al alto mando ruso en el Cáucaso, Shamil hace correr el rumor de que se dirige a Derbent a encontrarse con Ibrahim Pashá de Egipto, que viene en su ayuda con un gran ejército . En el verano de 1840 Shamil logra derrotar a las tropas de Von Klugenau en las inmediaciones de la aldea Ishkarta y ocupa posteriormente de manera pacífica la localidad de Erpeli. A finales de ese mismo año Jadzhi-Murat se pasa al bando de Shamil, probablemente descontento con la decisión del alto mando ruso en Transcaucasia de no nombrarle gobernador de Avaria. Al año siguiente, Shamil crea el diván del jan, consejo supremo de gobierno formado por personas de su total confianza. Asimismo, la capital de los insurrectos ¡se establece en Dargó, siendo trasladada posteriormente a 1845 a la localidad de Vedenó. Finalmente, Shamil divide los territorios bajo su poder en cuatro regiones al frente cada una de las cuales instala a un gobernador. Con el fin te tener una mayor agilidad informativa a la hora de tomar decisiones de carácter estratégico, Shamil crea el cuerpo de los mujtasibos o mensajeros a caballo, y una guardia personal, compuesta por mil hombres. En marzo de 1842 Shamil se lanza sobre Kazikumuj pero se ve obligado a retirarse de la localidad ante la notable superior de los cuerpos de ejército rusos. Al año siguiente, Shamil derrota a los ocupantes rusos en las cercanías Untsukul en Avaria y ocupa una serie de localidades en las llanuras de Daguestán. Dos años después inicia la expedición a Tabasarán que cae bajo su dominio. A finales de 1844, el zar ruso decide relevar a la cúpula militar en la región con motivo del fracaso de las sucesivas tentativas de los estrategas rusos para aplastar el movimiento insurgente de los montañeses caucasianos. Nicolás I nombra jefe militar supremo de las tropas rusas en Transcaucasia al general-teniente príncipe M. S. Vorontsov, quien hace una propuesta de paz a Shamil. Ante la negativa de éste, Vorontsov decide atacar al segundo en mayo de 1845 e intentar tomar el aúl Dargó, refugio principal de los insurrectos. En Dargó los ejércitos zaristas son rodeados por los montañeses y en la encerrona perecen 4 generales, 168 oficiales y 3433 soldados rusos. Al año siguiente, Shamil se interna en Kabardá intentando que los kabardinos, también musulmanes, se sumen a su movimiento anticolonialista, pero todas sus tentativas fracasan. En julio de 1848, las tropas rusas ocupan Guegrebil. Ese mismo año, Shamil se dirige al jerife de La Meca pidiéndole apoyo material para su movimiento, y en 1850, al sultán otomano. En septiembre de 1949, los montañeses pierden la fortaleza de Saltá. Un revés importante para los insurrectos se produjo el 23 de noviembre de 1851 cuando Jadzhi-Murat y sus hombres se pasaron de nuevo al bando ruso. La situación de Shamil era en aquellos momentos extremadamente complicada. A partir de este momento, la actuación de los hombre s de Shamil se reduce a una serie de golpes de mano y escaramuzas contra los rusos, pero ya no habrá enfrentamientos de mayor escala por la escasez de recursos humanos en el bando insurrecto. que vayan ocupando el lugar de los caídos en combate. Es más, desde 1854 hasta el final del conflicto-ruso checheno, Shamil no volverá a combatir abiertamente contra los rusos, fundamentalmente a causa de las deserciones del gobernador de la Pequeña Chechenia y de parte importante de los combatientes chechenos, extenuados ya por la guerra contra los rusos y disconformes con algunas medidas administrativas tomadas por el imam checheno. Agobiado por las circunstancias, Shamil se dirige pidiendo ayuda al cónsul de Francia en Estambul, aprovechando la coyuntura de que éste país se encuentra combatiendo a Rusia en la guerra de Crimea, no obteniendo respuesta positiva. A comienzos de 1857 gran parte de Chechenia fue ocupada por los rusos y ese mismo año, el príncipe Orbeliani derrotó a los insurrectos en Aujá y Salatavia. Al año siguiente, casi toda Chechenia ya estaba bajo soberanía rusa . El 25 de agosto de 1859 el príncipe A. I. Bagriatinski comunicó al zar Alejandro II que el aúl Gunib, último refugio de los muridíes, había sido tomado por las tropas rusas, siendo Shamil capturado y enviado a San Petersburgo. De este modo terminaba la heroica y larga lucha de los montañeses de Daguestán y Chechenia por su independencia nacional. Rusia imponía su "pax romana" en la región, pero, como es obvio por notorio, el despótico dominio zarista no logró erradicar de los habitantes de la región la idea de luchar por su libertad en el marco de un Estado nacional. Tampoco lo logró Stalin con su política genocida de deportación masiva de los chechenos a Kazajstán en 1944. Ni los posteriores dirigentes comunistas, ni el actual Presidente de Rusia que embarcó y destrozó en sus sueños de dominación imperialista de Chechenia a la flor y nata de la juventud rusa contemporánea. Al final de la oscuridad se divisa siempre la luz. En este largo conflicto secular es posible que ésta se encuentre en las lámparas del diálogo encendidas por el general ruso Alexandr Lébed y su colega de armas y actual Presidente de Chechenia, Aslán Masjádov. Por encima de los intereses económicos de las multinacionales del petróleo debe estar siempre ese respeto a la diferencia que ha sido la clave del éxito del Islam a lo largo de la historia.
miércoles, 13 de agosto de 2008
LECTURA SEIS
La ansiedad
"A la ansiedad podríamos compararla con el agua de un río; si intentásemos controlarla poniéndole un dique de contención en un punto de su cauce, seguramente, rebosaría desbordándose y creando uno o varios cauces nuevos. Del mismo modo, nuestra ansiedad tenderá a abrirse camino creándonos nuevos trastornos cuando hayamos superado alguno. Así, el fumador que abandona su hábito probablemente se encontrará con otros o con obsesiones y ansiedades que antes no tenía; quien supera la agorafobia suele encontrarse con multitud de obsesiones; quien supera una obsesión suele encontrase con otra, y así sucesivamente. Por fortuna, a diferencia del agua de un río, la ansiedad podemos controlarla, e incluso erradicarla por completo, gracias al conocimiento. Conociéndonos a nosotros mismos y aprendiendo de nuestras experiencias, mediante la meditación y la conducta adecuada, podremos controlar nuestra ansiedad y disfrutar de la paz que conlleva".
Del libro "Meditación práctica, aquí y ahora"
La ansiedad es una herramienta con la que muchos seres vivos, y más concretamente los humanos, respondemos ante determinados acontecimientos con la finalidad de sobrevivir. Cuando las personas experimentamos ansiedad todo nuestro organismo se prepara para afrontar un evento que consideramos como peligroso para nosotros, y el grado de ansiedad que experimentamos, en cuanto a intensidad de las sensaciones que experimentamos como consecuencia de esa emoción, está directamente relacionado con lo peligroso que nosotros creamos que es el evento que nos la causa, pudiendo ser ese evento real o, simplemente, producto de nuestra imaginación. Así, cuando percibimos que estamos frente a un peligro, como pudiera ser un vehículo que se dirige hacia nosotros, por citar un ejemplo, nuestro organismo segregará sustancias tales como la adrenalina y noradrenalina, que aumentarán nuestro ritmo cardiaco para que así circule la sangre más rápidamente por las partes de nuestro cuerpo que más lo necesitan ante un peligro inminente, como pueden ser, en ese ejemplo, los músculos necesarios para movernos de allí inmediatamente y ponernos fuera del alcance del vehículo. También respiraremos más aceleradamente, para poder aportar la energía necesaria mediante el oxígeno para realizar ese trabajo; notaremos angostura en el estómago, lo que debe tener su relevancia ante ese tipo de eventos; y, en definitiva, el conjunto de cambios fisiológicos con los que habitualmente, y a través de la historia, nuestro organismo y el conjunto de nuestro ser se ha servido para ayudarnos a afrontar todo tipo de peligros. Sin embargo, y debido a las peculiaridades de nuestra psique, especialmente de nuestra imaginación, en muchas ocasiones la ansiedad se convierte en una fuente inagotable de sufrimiento para las personas ya que, del mismo modo que una persona respondería con el mismo grado de ansiedad si , verdaderamente, se dirigiera un vehículo hacia ella, que si, sencillamente, se lo pareciese, toda vez que las personas imaginan que corren un determinado peligro, con fundamentos reales o ficticios, experimentan ansiedad, proporcional a lo peligroso que creen que resulta para ellos el evento que su imaginación a tenido a bien traer a su mente. Así, por ejemplo, alguien pude pensar que una persona está hablando mal de él, y no crearle ansiedad o crearle muy poca, porque considere que la opinión de esa persona carece de importancia en su vida; y pude experimentar muchísima ansiedad si habla mal de él otra persona a la que, por cualquier motivo, aunque sea infundado, considere muy importante su opinión respecto de él.
Por determinadas circunstancias (ambientales, genéticas, de aprendizaje, etc.), unas personas son más tendentes a experimentar ansiedad de forma cotidiana que otras. Por uno u otro motivo, estas personas aprenden a detectar peligros con mucha facilidad, aunque sólo existan en su imaginación; y su organismo reacciona con celeridad desencadenando las sensaciones típicas de la ansiedad, las cuales las experimentan con mucha intensidad, especialmente las personas que sufre trastorno de pánico.
La ansiedad patológica crea muchos trastornos, como las obsesiones, depresiones, pánico y agorafobia y otros que afectan al comportamiento produciendo trastornos alimenticios, adicciones, etc.
A mi modo de ver la ansiedad nace de la ignorancia, y se extingue con el aprendizaje. Existen numerosas terapias convencionales para superar los trastornos que ésta produce. De entre esas terapias yo me inclino por las cognitivo-conductuales, en combinación de los fármacos adecuados y supervisados por un buen psiquiatra.
No obstante, a mi juicio, el modo más global de aprender a superar la ansiedad es mediante la práctica de la Meditación, Samatha y Vipassana.
Con Samatha aprenderemos a serenar la mente lo suficiente como para poder concentrarnos y observar adecuadamente la naturaleza de las cosas, aplicando así Vipassana que nos enseñará verdaderamente cómo son nuestras sensaciones, emociones, pensamientos y conductas, y cómo podemos cambiarlas por otras utilizando el pensamiento intuitivo y la conducta adecuada.
Con ello la ansiedad no sólo cede, sino que además no se deriva a otras áreas de nuestra vida; pues, uno de los grandes inconvenientes que presenta la ansiedad es que tiende a expandirse, como si del agua de un río se tratase, hacia otras áreas cuando se corta su cauce normal.
Ansiedad y Desánimo.
La ansiedad tiene entre otras la cualidad de conducir al desánimo, tristeza o depresión. Es común que cuando ansiamos frecuentemente nos desanimemos con mucha facilidad, y pensemos entonces que nada vale la pena, que todo está perdido ya. Cuando nos encontramos bajo la influencia de esa emoción de la pérdida somos incapaces de experimentar nítidamente otras emociones como la alegría, el amor, etc; y nos cuesta un trabajo enorme realizar cualquier actividad, por minúscula que sea.
Según mi experiencia personal, y coincidiendo con las enseñanzas budistas al respecto, eso se debe a que cuando experimentamos ansiedad de forma regular, anisamos “cosas” de forma regular, y de forma regular vemos cómo no conseguimos esas cosas que tanto ansiamos y, consecuentemente, nos desanimamos. Cuantas más común es en nosotros ejercer esa ansiedad, esa acción de ansiar, más común lo es, a su vez, desanimarse, pues lógicamente, no por el mero hecho de ansiar cosas las podremos obtener.
Por ejemplo: Por mucho que ansiemos que no nos hubiese ocurrido algo en un tiempo pasado, no conseguiremos cambiarlo, y sin embargo si conseguiremos frustrarnos y desanimarnos.
O, porque ansiemos enormemente aprobar un examen o ser admitidos en un trabajo, no cambiaremos el resultado de nuestro examen, y si determinaremos el modo de encajar un resultado indeseado, entristeciéndonos y desanimándonos por el mero hecho de haberlo suspendido.
Eso no quiere decir que no debamos aspirar a conseguir nuestros objetivos, pero es preferible que para lograrlos empleemos los hábitos adecuados, de estudio y trabajo, por ejemplo, que son los elementos que nos conducirán a conseguir esos objetivos, y no el mero hecho de ansiar esos objetivos.
Por mucho que deseemos un coche mejor, o una casa mayor, no la conseguiremos por el mero hecho de ansiarla.
Para ello deben influir otros elementos como la disposición económica o el tipo de empleo que tengamos.
Así pues, ansiar y desanimarse todo es uno. Por ello, alguien puede ser muy rico económicamente, o muy guapo, y sentirse totalmente triste y deprimido, porque desea otra cosa cualquiera, y alguien puede ser pobre y sin embargo feliz, pues no necesita más.
Es muy sabio el dicho: “No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita”
"A la ansiedad podríamos compararla con el agua de un río; si intentásemos controlarla poniéndole un dique de contención en un punto de su cauce, seguramente, rebosaría desbordándose y creando uno o varios cauces nuevos. Del mismo modo, nuestra ansiedad tenderá a abrirse camino creándonos nuevos trastornos cuando hayamos superado alguno. Así, el fumador que abandona su hábito probablemente se encontrará con otros o con obsesiones y ansiedades que antes no tenía; quien supera la agorafobia suele encontrarse con multitud de obsesiones; quien supera una obsesión suele encontrase con otra, y así sucesivamente. Por fortuna, a diferencia del agua de un río, la ansiedad podemos controlarla, e incluso erradicarla por completo, gracias al conocimiento. Conociéndonos a nosotros mismos y aprendiendo de nuestras experiencias, mediante la meditación y la conducta adecuada, podremos controlar nuestra ansiedad y disfrutar de la paz que conlleva".
Del libro "Meditación práctica, aquí y ahora"
La ansiedad es una herramienta con la que muchos seres vivos, y más concretamente los humanos, respondemos ante determinados acontecimientos con la finalidad de sobrevivir. Cuando las personas experimentamos ansiedad todo nuestro organismo se prepara para afrontar un evento que consideramos como peligroso para nosotros, y el grado de ansiedad que experimentamos, en cuanto a intensidad de las sensaciones que experimentamos como consecuencia de esa emoción, está directamente relacionado con lo peligroso que nosotros creamos que es el evento que nos la causa, pudiendo ser ese evento real o, simplemente, producto de nuestra imaginación. Así, cuando percibimos que estamos frente a un peligro, como pudiera ser un vehículo que se dirige hacia nosotros, por citar un ejemplo, nuestro organismo segregará sustancias tales como la adrenalina y noradrenalina, que aumentarán nuestro ritmo cardiaco para que así circule la sangre más rápidamente por las partes de nuestro cuerpo que más lo necesitan ante un peligro inminente, como pueden ser, en ese ejemplo, los músculos necesarios para movernos de allí inmediatamente y ponernos fuera del alcance del vehículo. También respiraremos más aceleradamente, para poder aportar la energía necesaria mediante el oxígeno para realizar ese trabajo; notaremos angostura en el estómago, lo que debe tener su relevancia ante ese tipo de eventos; y, en definitiva, el conjunto de cambios fisiológicos con los que habitualmente, y a través de la historia, nuestro organismo y el conjunto de nuestro ser se ha servido para ayudarnos a afrontar todo tipo de peligros. Sin embargo, y debido a las peculiaridades de nuestra psique, especialmente de nuestra imaginación, en muchas ocasiones la ansiedad se convierte en una fuente inagotable de sufrimiento para las personas ya que, del mismo modo que una persona respondería con el mismo grado de ansiedad si , verdaderamente, se dirigiera un vehículo hacia ella, que si, sencillamente, se lo pareciese, toda vez que las personas imaginan que corren un determinado peligro, con fundamentos reales o ficticios, experimentan ansiedad, proporcional a lo peligroso que creen que resulta para ellos el evento que su imaginación a tenido a bien traer a su mente. Así, por ejemplo, alguien pude pensar que una persona está hablando mal de él, y no crearle ansiedad o crearle muy poca, porque considere que la opinión de esa persona carece de importancia en su vida; y pude experimentar muchísima ansiedad si habla mal de él otra persona a la que, por cualquier motivo, aunque sea infundado, considere muy importante su opinión respecto de él.
Por determinadas circunstancias (ambientales, genéticas, de aprendizaje, etc.), unas personas son más tendentes a experimentar ansiedad de forma cotidiana que otras. Por uno u otro motivo, estas personas aprenden a detectar peligros con mucha facilidad, aunque sólo existan en su imaginación; y su organismo reacciona con celeridad desencadenando las sensaciones típicas de la ansiedad, las cuales las experimentan con mucha intensidad, especialmente las personas que sufre trastorno de pánico.
La ansiedad patológica crea muchos trastornos, como las obsesiones, depresiones, pánico y agorafobia y otros que afectan al comportamiento produciendo trastornos alimenticios, adicciones, etc.
A mi modo de ver la ansiedad nace de la ignorancia, y se extingue con el aprendizaje. Existen numerosas terapias convencionales para superar los trastornos que ésta produce. De entre esas terapias yo me inclino por las cognitivo-conductuales, en combinación de los fármacos adecuados y supervisados por un buen psiquiatra.
No obstante, a mi juicio, el modo más global de aprender a superar la ansiedad es mediante la práctica de la Meditación, Samatha y Vipassana.
Con Samatha aprenderemos a serenar la mente lo suficiente como para poder concentrarnos y observar adecuadamente la naturaleza de las cosas, aplicando así Vipassana que nos enseñará verdaderamente cómo son nuestras sensaciones, emociones, pensamientos y conductas, y cómo podemos cambiarlas por otras utilizando el pensamiento intuitivo y la conducta adecuada.
Con ello la ansiedad no sólo cede, sino que además no se deriva a otras áreas de nuestra vida; pues, uno de los grandes inconvenientes que presenta la ansiedad es que tiende a expandirse, como si del agua de un río se tratase, hacia otras áreas cuando se corta su cauce normal.
Ansiedad y Desánimo.
La ansiedad tiene entre otras la cualidad de conducir al desánimo, tristeza o depresión. Es común que cuando ansiamos frecuentemente nos desanimemos con mucha facilidad, y pensemos entonces que nada vale la pena, que todo está perdido ya. Cuando nos encontramos bajo la influencia de esa emoción de la pérdida somos incapaces de experimentar nítidamente otras emociones como la alegría, el amor, etc; y nos cuesta un trabajo enorme realizar cualquier actividad, por minúscula que sea.
Según mi experiencia personal, y coincidiendo con las enseñanzas budistas al respecto, eso se debe a que cuando experimentamos ansiedad de forma regular, anisamos “cosas” de forma regular, y de forma regular vemos cómo no conseguimos esas cosas que tanto ansiamos y, consecuentemente, nos desanimamos. Cuantas más común es en nosotros ejercer esa ansiedad, esa acción de ansiar, más común lo es, a su vez, desanimarse, pues lógicamente, no por el mero hecho de ansiar cosas las podremos obtener.
Por ejemplo: Por mucho que ansiemos que no nos hubiese ocurrido algo en un tiempo pasado, no conseguiremos cambiarlo, y sin embargo si conseguiremos frustrarnos y desanimarnos.
O, porque ansiemos enormemente aprobar un examen o ser admitidos en un trabajo, no cambiaremos el resultado de nuestro examen, y si determinaremos el modo de encajar un resultado indeseado, entristeciéndonos y desanimándonos por el mero hecho de haberlo suspendido.
Eso no quiere decir que no debamos aspirar a conseguir nuestros objetivos, pero es preferible que para lograrlos empleemos los hábitos adecuados, de estudio y trabajo, por ejemplo, que son los elementos que nos conducirán a conseguir esos objetivos, y no el mero hecho de ansiar esos objetivos.
Por mucho que deseemos un coche mejor, o una casa mayor, no la conseguiremos por el mero hecho de ansiarla.
Para ello deben influir otros elementos como la disposición económica o el tipo de empleo que tengamos.
Así pues, ansiar y desanimarse todo es uno. Por ello, alguien puede ser muy rico económicamente, o muy guapo, y sentirse totalmente triste y deprimido, porque desea otra cosa cualquiera, y alguien puede ser pobre y sin embargo feliz, pues no necesita más.
Es muy sabio el dicho: “No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita”
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